Investigación científica

Salvador Moncada: «No se puede hacer ciencia en un ambiente de pobreza»

Salvador Moncada: «No se puede hacer ciencia en un ambiente de pobreza»
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Entrevista con Salvador Moncada, Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica. Empezó estudiando Medicina, se especializó en Cirugía, pero con los años se ha dado cuenta de que "el laboratorio es lo que más me ha apasionado". Además de ser nombrado "Sir"(caballero) por la Reina Isabel II de Inglaterra, en 1990 recibió el Premio Príncipe de Asturias junto a Santiago Grisolía.

A pesar de ser una referencia científica, Salvador Moncada ha pasado por España casi de puntillas. Empezó estudiando Medicina, se especializó en Cirugía, pero con los años se ha dado cuenta de que "el laboratorio es lo que más me ha apasionado". Además de ser nombrado "Sir"(caballero) por la Reina Isabel II de Inglaterra, en 1990 recibió el Premio Príncipe de Asturias junto a Santiago Grisolía por "el hallazgo de mecanismos biológicos hasta entonces desconocidos". A pesar del paso del tiempo, la Ciencia le sigue fascinando y así se lo hizo saber a la multitud de jóvenes que acudieron a su ponencia en el seno de la "Jornada de Intercambio Científico de Excelencia"organizado por el IdiPaz (Hospital La Paz) en Madrid.

-¿Qué valor tiene la divulgación de la ciencia?

-La popularización de la ciencia siempre ha sido importante porque la sociedad tiene que enterarse de qué es lo que se hace y por qué se hace. Ahora es más importante que nunca porque la sociedad depende cada vez más de la ciencia y todas las actividades están cada vez más ligadas y regidas por procesos científicos. De tal manera que la sociedad del futuro va a necesitar la popularización de la ciencia a un nivel más amplio y eso obliga a los científicos a explicarse claramente, no se puede enfatizar demasiado el hecho de que la claridad de expresión y la simplicidad de la expresión son importantes para la comunicación. Eso es lo que hay que cultivar.

-Se hablan constantemente de nuevos avances, pero sus resultados tardan en llegar a los centros sanitarios.

-Siempre ha existido una brecha entre la producción de conocimiento y su aplicación, pero ha medida que vamos entendiendo que la producción de este conocimiento redunda directamente en beneficio de la sociedad. La brecha se ha ido acortando. Ahora, cuando se está generando el conocimiento, la gente ya está pensando en cómo se va a utilizar y cuál va a ser la mejor forma de hacerlo.

-En estos momentos trabaja en el estudio de la proliferación de células que podría ayudar a entender la generación de cáncer.

-El cáncer es importante. El 30% de la mortalidad en la sociedad se produce por esta causa, pero no creo que sobrepase la incidencia de las enfermedades cardiovasculares, ese es el problema más difícil de afrontar porque el 50% de las personas fallecen por causas cardiovasculares. Ahora bien, resolver el problema del cáncer va a aportar una gran información sobre el proceso fundamental del funcionamiento celular que tiene incidencia sobre la comprensión de otras enfermedades como las degenerativas, crónicas, del viejo. Vamos a conseguir entenderlas con más claridad. El envejecimiento es el siguiente problema que debe abordar y la célula del cáncer tiene unos secretos que van a ser importantes para entender el resto.

-Ha trabajado mucho en las enfermedades cardiovasculares. A pesar de los avances, ¿cree que la sociedad está suficientemente concienciada del papel que juega la prevención?

-Creo que también se ha avanzado mucho. La mortalidad cardiovascular en los últimos 40 años ha disminuido en todo el mundo desarrollado, aunque ha aumentado en el subdesarrollado. Es en los países más pobres donde se está produciendo lo que se conoce como tijera: desaparecen enfermedades de la pobreza y surgen las de la riqueza. El desnutrido vive a la par del obeso. Hemos entendido muy bien la importancia de llevar una vida saludable. Comprendemos el papel que juega el tabaco, el estrés, una dieta saludable. Todo ha contribuido a una disminución de la incidencia.

-A pesar de todo, la obesidad no deja de crecer.

-Ese es otro problema de la sociedad moderna, existe un componente de estilo de vida porque los mismos españoles que viven ahora, lo hacían hace 50 años y no había obesidad. Ahora comemos muchas hamburguesas y están arruinando la dieta mediterránea por la llegada de "fast food", pero es en la prevención en lo que hemos mejorado, también en el tratamiento, ahora un enfermo cardiovascular vive hasta los 90 años.

-El Nobel de Química impulsa la relación entre esta ciencia y la informática. ¿Están desapareciendo las líneas entre las diferentes ramas de la Ciencia?

-La frontera entre las diversas disciplinas ha ido desapareciendo y los campos más ricos de generación de nuevo conocimiento están en la frontera entre la biología y la química, la biología y la física, la biología y la computación. Eso está siendo entendido y los institutos de investigación más modernos deben promover todo esto.

-¿Cuáles serían las siguientes áreas?

-Creo que estamos en el comienzo de ese proceso. Dentro de 20-25 años se va a producir mucho acercamiento entre la física y la química, entra la física y la biología y se van a dar de sarrollos impredecibles en la medicina computacional.

-¿Descubrir nuestro cerebro es el próximo gran reto?

- El cerebro es más complicado que el cáncer, pero ahora, gracias a la farmacogenómica podemos dar un tratamiento al cáncer y ver en el genoma cuáles son los genes que se activan para resistir al cáncer y dar medicina personalizada.

-Uno de los desafíos de los nuevos fármacos es controlar los efectos secundarios, ¿es así?

-La quimioterapia, por ejemplo, va a cambiar completamente porque hasta ahora hemos hecho compuestos para matar las células de cáncer, con la esperanza de que no maten las células normales y ahora trabajamos en moléculas que van dirigidas específicamente a las células del cáncer y no crearán efectos colaterales, como los antibióticos que matan los microbios por una acción específica en una enzima específica en el mammífero. El cáncer va a ser tratado así, irá directamente a una célula de cáncer.

-¿La tecnología juega un papel importante, verdad?

-Completamente, es fundamental. Estamos viviendo una época en la que la tecnología ha tenido la primacía y ahora estamos en un tiro y afloja entre el desarrollo tecnológico que tira del conocimiento científico y al revés. Algunas veces va uno a la cabeza y otras otro. Las maquinas que se hacen ahora eran insosoechadas en mi generación. Hace treinta años no sospechábamos que iban a crearse microscopios con los que se puede ver una célula viva, por ejemplo.

-¿Qué área de la ciencia cree que está minusvalorada?

-No sé cuál está, pero hay dos: formación de personal joven científico y la posibilidad de utilizar la innovación de forma eficiente. Son las dos puntas que necesitamos. A través de crear incentivos para los innovadores, grupos de investigación para problemas concretos, debería existir financiación muy claro del Estado hacia esas áreas para desarrollar la base científico-técnica que este país necesita desesperadamente.

-¿Es importante la unión internacional entre científicos?

-La ciencia hoy está globalizada. Hay 7 millones de científicos en el mundo que producen 25 millones de papers al año y ahora el 35% d elos artículos están firmados por autores de distintos países. Está empezando a coalecer entorno a problemas reales de la sociedad como el clima, por ejemplo. Estaba todo atomizadopero la obesidad cada vez se trata más como problema mundial. Sólo puede tener beneficios