Papel
«Allí abajo», humor de norte a sur
La comedia de Antena 3 se convierte en una de las revelaciones de 2015 por el choque cultural entre sevillanos y vascos.
Está siendo una de las sorpresas de la temporada. Una comedia con protagonistas casi desconocidos, creada desde la sencillez. «Aquí ni hay explosiones, ni muertos, está hecha de pequeños detalles sobre el comportamiento humano, que es el manantial del humor, donde lo único que pasa es que un chico no es capaz de decirle a una chica que la quiere», dice sin falsa modestia Óscar Terol, uno de los creadores y protagonistas de la serie. Pero el choque, pleno de desconcierto y estupor cultural entre los andaluces y vascos en «Allí abajo» ha seducido a la audiencia. El episodio del pasado martes marcó en Antena 3 un 21,2 por ciento de cuota de pantalla y 4.272.000 espectadores, una cifra que tiene aún más valor si se tiene en cuenta que se emite en uno de los días más diabólicos de la semana, en el que hay una gran oferta televisiva.
Un lenguaje propio
«Creo que uno de los aciertos de la serie es su casting. No queríamos impostar los acentos. Por eso, todos los personajes sevillanos son de allí ,como sucede con los vascos. Queríamos que se expresara como se hace en su tierra, que manejasen el lenguaje propio de cada lugar, esas frases que no las puedes oír en otro sitio porque están arraigadas en la cultura y en la forma de ser», explica Terol. «Después buscamos cómicos que fuesen desconocidos porque le sumaría credibilidad», continúa explicando, «y también queríamos huir de ciertos clichés como, por ejemplo, que los bilbaínos son unos ‘‘echados para adelante’’ porque no siempre es así».
María León, que interpreta a Carmen Almonte, el objeto de deseo, muy contenido, eso sí, de Iñaki, que encarna Jon Plazaola, coincide con Terol en que los intérpretes de «Allí abajo» tenían que ser de la tierra en la que se habían criado. «No sé por qué pero es inevitable que como actriz defiendas tus raíces mejor porque actúas con más soltura al estar muy en contacto con lo tuyo: tu forma de hablar, de expresarte...», dice León, aunque luego aclara que, «como intérprete, yo a lo que me dedico es a mentir para que de esa mentira salga la verdad».
Sin miedo a los tópicos
Ella es una de las primeras sorprendidas de que los vascos tengan tanto sentido del humor, «porque la imagen que se proyecta en los medios de comunicación es otra». Lo que más valora León es que «tienen una capacidad extraordinaria de reírse de ellos mismos sin ningún complejo, es como si haciéndolo exorcizaran sus miedos». León se contagió de la ilusión con la que Óscar Terol le comentó el proyecto: «Es que hablaba de él con un cariño... Luego, evidentemente, se rodaba en Sevilla, en mi casa, y, además, era una comedia, que a mí me da mucho músculo interpretativo».
Y luego está esa Carmen, la enfermera solícita y cariñosa que ha vivido sus 30 años de vida muy tranquilita, sin sobresaltos amorosos de esos que dejan el corazón tiritando... Hasta ahora: «Se le olvidó tener una vida personal y ahora quiere recuperarla. Necesita la figura de una pareja, que la abracen a ella también». Lo que queda por ver es si el chico se decide. Mientras tanto, continúa el festín de carcajadas con unos sevillanos que miran la vida de frente ante el asombro de unos vascos que viven más hacía dentro. Y es que, como dice Terol, «no hay que tenerle miedo a los tópicos, porque algunos poseen mucho de verdad, por eso están ahí, de lo que se trata es de gestionarlos bien. Y sí, a muchos vascos les cuesta expresar sus emociones».
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