La comisaría más loca de Nueva York

Comedy Central estrenará el jueves un capítulo doble de «Brooklyn Nine-Nine», una de las joyas de FOX. En su primera temporada ganó el Globo de Oro a mejor comedia y en EE UU van ya por la tercera

El género policiaco no vive únicamente de casos complejos que salpican a los estamentos más elevados de la sociedad ni tampoco de pruebas que se someten a los métodos más sofisticados. Hay vida más allá de las producciones procedimentales que resuelven casos en cada capítulo . Afortunadamente también es posible reírse de la ley y hacer que el espectador sonría ante las complejidades de la justicia.

Son muchas las producciones que se han interesado por el aspecto menos serio y más jocoso de la rutina policial. Y en la actualidad es la comedia de FOX «Brooklyn Nine-Nine» la que pone rostro a los agentes menos ejemplares. Los espectadores españoles podrán comprobarlo a partir del jueves en Comedy Central a las 21:15 horas.

Creada por Dan Goor y Michael Schur, que ya trabajaron juntos en «Parks & Recreation», «Brooklyn Nine-Nine» se centra en un grupo de agentes de la comisaría que da nombre a la serie. Con el cómico Andy Samberg a la cabeza, también encontramos a otros habituales de las ficciones norteamericanas, como Chelsea Peretti y Joe Lo Truglio. Les acompañan Terry Crews («The Newsroom»), Stephanie Beatriz («Modern Family») y el veterano Andre Braugher.

Siguiendo un esquema similar al que utilizaron en «Parks & Recreation», en «Brooklyn Nine-Nine» Schur y Goor proponen al espectador un grupo de agentes muy diferentes que dan lugar a situaciones cómicas a partir de características propias muy marcadas. Por supuesto, el papel de bufón de la comisaría está reservado a la cara más reconocible en la comedia norteamericana, Andy Samberg. El último presentador de la gala de los Emmy aprovecha sus aptitudes cómicas, y hace del detective Jake Peralta, un agente infantil y por momentos histriónico. Sin embargo, a pesar de su capacidad para desquiciar a sus superiores, no falla a la hora de trabajar para resolver un caso.

Como contrapunto al inmaduro Peralta se encuentra el Capitán Holt, interpretado por Andre Braugher. Comprometido con el cuerpo, es conocido por su frialdad, su seriedad y su capacidad de liderazgo. Y por haber llegado al puesto siendo afroamericano y abiertamente homosexual. El hombre de confianza del capitán es el sargento Terry Jeffords, interpretado por Crews, un amoroso esposo y padre de gemelas que trata de evitar las calles por miedo a que el trabajo policial termine dejando huérfanas a sus pequeñas y prefiere encargarse del papeleo habitual de una comisaría.

Entre los compañeros del detective Peralta se encuentra su mejor amigo, Charles Boyle (Joe Lo Truglio). Con facilidad para meter la pata, es el personaje torpe que siempre está dispuesto a complicar cualquier situación. Algo que sufre la detective más misteriosa y temida de toda la comisaría, Rosa Diaz (Stephanie Beatriz). A pesar de ser una mujer muy reservada y conocida por su mal carácter, Díaz tendrá que sufrir los arrebatos románticos de Boyle. Pero mucho más importante será la historia que lleve a Boyle a compartir un secreto con Gina Linetti (Chelsea Peretti), la asistente del Capitán Holt. La egocéntrica y sarcástica secretaria cumple además con los estereotipos propios del personaje, y es la mujer observadora y curiosa que sabe todo lo que ocurre en la comisaría.

- Una comedia coral

Tratando de destacar entre la torpeza, la seriedad y los chismorreos está la detective Amy Santiago (Melissa Fumero). Responsable y competitiva como pocas, Santiago tratará de responder a la inmadurez exasperante de Peralta con trabajo duro, aunque no siempre se verá recompensada. Para cerrar el reparto de papeles, la responsabilidad de interpretar al «policía vago» recae sobre dos hombres, Michael Hitchcock y Norman Scully. Interpretados por Dirk Blocker y Joel McKinnon, estos detectives de segunda y tercera categoría son la viva imagen de la holgazanería policial y capítulo tras capítulo emplean su tiempo en los cometidos más absurdos.

Como sucede en todas las comedias corales, a «Brooklyn Nine Nine» le cuesta encontrar el equilibrio entre sus personajes. Sin embargo, no resultó determinante a la hora de ser premiada con el Globo de Oro a la mejor comedia en 2014, cuando apenas se habían emitido una docena de episodios de la serie. Para muchos, fue a partir de la segunda mitad de la temporada cuando dio con la fórmula para ordenar sus tramas y sus personajes y encontrar el punto exacto en el que funcionan. Tras tres temporadas, en las que la serie ha mantenido una media cercana a los tres millones de espectadores, continúa en buena forma y lo que sorprende ahora es que no sea nominada a los galardones a la mejor comedia.

Tras encargarse de la versión norteamericana de «The Office» y exportar el formato del falso documental a «Parks & Recreation», en «Brooklyn Nine-Nine» Schur se ciñe a los cánones del género de la comedia rodada en estudio. Y lejos de los empleados de una compañía de papel, o de los funcionarios del departamento de parques de una pequeña localidad, sitúa al espectador en una bulliciosa comisaría neoyorquina. Pero podría haber sido cualquier otro lugar. Porque en la 99 los agentes se distinguen por ser poco ortodoxos, pero los malos tampoco resultan demasiado temibles.

Una serie de referencia con muchos tópicos

«Brooklyn Nine-Nine» rehúye de lo espinoso y busca la risa en una sala de interrogatorios o el despacho del Capitán Holt. Y lo hace llevando a la parodia arquetipos policiales, como el del agente eternamente preocupado por su imagen o aquella que se distingue por su seriedad y su carácter. Por fortuna, y tras años de experiencia en «Parks & Recreation», los creadores logran provocar la risa al espectador, aunque en ocasiones Samberg resulte excesivo. Pero por mucho que desagrade la figura del joven cómico, ha encontrado su lugar en la parrilla televisiva y es una de las comedias más importantes para FOX. Y una referencia en el género de la comedia policial. Un género que, sin embargo, todavía busca que la producción actual se convierta en referencia ineludible. Y más en esta época en la que las series ya se han reído hasta de la política.