La radio del mañana

De Manolo Martín Ferrand tengo muchas cosas que contar. Es falso que todas las personas sean sustituibles, prescindibles, canjeables en el tiempo y en los algares. Manolo Martín Ferrand fue un profesional providencialmente necesario para que la libertad de expresión y las empresas informativas se consolidaran en el ultimo medio siglo de España ya desde los tiempos del tardofranquismo. Era un genio que tocó todos los palos del oficio, un periodista orquesta que lo mismo entraba en la redacción del periódico que en el locutorio de la radio o en el estudio de televisión. Su presencia estaba marcada por la honestidad y la imaginación. Manolo era y será un español imprescindible. Martín Ferrand, Manolo, Don Manuel, fue un comunicador que supo formar equipos, afrontar retos, hacer travesías del desierto, y como en el poema de Kipling, «trató al triunfo y a la derrota como a dos impostores». Jamás se le subió a la cabeza ni le hizo decaer el ánimo. Era un hombre interior y sonriente, maestro en el arte de vivir, de profundas raíces psicológicas. Descansa en paz, querido amigo.