Policía

Condenado a 3 años y 6 meses de cárcel por dar un botellazo a un joven en los Sanfermines

La Audiencia de Navarra ha condenado a 3 años y 6 meses de prisión al acusado de lanzar una botella que hirió de gravedad a un joven madrileño en el chupinazo de los Sanfermines de 2010. La Sección Tercera de la Audiencia considera a este procesado, K.S.G., autor de un delito doloso de lesiones, en concurso ideal con un delito de lesiones imprudentes, un delito de atentado y una falta contra el orden público con la concurrencia de la atenuante de dilaciones indebidas, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Navarra. Según consta en la resolución, que puede ser recurrida ante el Tribunal Supremo, el acusado deberá indemnizar a la víctima del botellazo por las lesiones, secuelas y gastos, un importe que se fijará en la ejecución de la sentencia.

Además, la Audiencia de Navarra, "con independencia de que el mencionado acusado es el único responsable penal de las lesiones", declara al Ayuntamiento de Pamplona como responsable civil subsidiario al estimar que se produjo una falta de vigilancia por permitir la existencia de botellas en el suelo. En cuanto a los otros 12 procesados por los altercados producidos minutos antes del chupinazo, ha condenado a B.A.I., a A.I.A, a J.B.B, y a U.R., a un año y dos meses de prisión por un delito de atentado y una falta contra el orden público, concurriendo la atenuante de dilaciones indebidas, mientras que a S.C.M., A.H.Q. y S.C.M. les condena a un año y cuatro meses por un delito de atentado y falta contra el orden público. Como autores responsables de una falta contra el orden público condena a seis días de localización permanente y a 200 euros a cinco de los procesados: A.S.O., N.O.L., I.M.I., J.A.E., e I.S.I.

Hechos probados

La sentencia considera probado que a las 11.37 horas del 6 de julio de 2010 K.S.G. "lanzó contra los agentes de la Policía Municipal, que se encontraban en la calle Calceteros, abarrotada por las personas que asistían al acto festivo, una botella de cava ochampán, con intención de menospreciar la labor que desempeñaban, siendo consciente de que la botella podía impactar contra la cabeza a cualquiera de los agentes o de las personas situadas en las cercanías". Sin embargo, el fallo indica que "en ningún momento pensó al lanzar la botella que la herida pudiera dejar secuelas graves, ni le era indiferente que se produjeran".

La botella lanzada por el condenado, según la sentencia, "tras recorrer por el aire aproximadamente 27,50 metros, impactó en la cabeza"de la víctima y le ocasionó, entre otras lesiones, un traumatismo craneoencefálico severo con fractura-hundimiento del parietal izquierda. El joven madrileño sufrió lesiones que precisaron tratamiento quirúrgico-médico durante 426 días, de los cuales 47 estuvo ingresado. Como consecuencia de dichas lesiones, le quedaron como secuelas una pérdida de sustancia ósea, un foco epiléptico en tratamiento, una disartria, una monoparesia del miembro superior derecho, deterioro de las funciones cerebrales superiores integradas, limitación leve de las funciones interpersonales y sociales de la vida diaria, lo que le ocasiona una discapacidad del 39 por ciento de tipo físico-sensorial.