Conducir un coche con la mente ya es posible

Las manos y los pies no serán imprescindibles para conducir. El vehículo se podrá guiar sólo por la mente del conductor.

Las manos y los pies no serán imprescindibles para conducir un automóvil. El vehículo se podrá guiar sólo por la mente del conductor. Y no es un planteamiento de ciencia ficción, sino una realidad a la que le queda, a lo sumo, dos lustros de investigación y desarrollo.

En el último Salón del Automóvil de Nueva York el doctor Wolfgang Epple, un ingeniero alemán, máximo responsable del departamento de ciencia y tecnología de las marcas Jaguar y Land Rover, desveló que se está avanzando a marchas agigantadas en la conducción a distancia, la exploración predictiva del terreno mediante láser infrarrojo, la activación del control gestual y por voz, la creación de lunas inteligentes que revolucionan la conectividad interior y la conducción semiautónoma, tanto por carretera como fuera de ésta. «El coche del futuro será cada vez más potente, más limpio, más atractivo, más inteligente y estará cada vez más conectado». Los cambios se introducirán de forma progresiva. Algunas de estas tecnologías se pueden llevar ya a la práctica y otras son meramente prototipos instalados sobre algunos modelos.

Uno de los campos en los que se está investigando con mayores posibilidades de futuro es el de las informaciones a través del cristal. El empeño es combinar el grosor de las lunas de los coches, especialmente en el parabrisas, con el almacenamiento de información y la posibilidad de ir pasando pantallas digitalmente. Este proyecto se llama «Human Machine Interface». Imagínese que, al conducir, pasa junto a un punto de interés como el Empire State Building en Nueva York. Aparece una página de Wikipedia en la luna inteligente y el pasajero del asiento trasero sólo tiene que deslizar un dedo para pasar esa información de la ventana a su pantalla de info-entretenimiento o a su tableta. Algo muy posible, según el Dr. Epple. La interfaz de usuario, similar a la de un smartphone, tendrá un uso generalizado en la industria del automóvil. «Si miramos a nuestro alrededor, es obvio que la mayoría de la gente sabe cómo usar un smartphone o una tableta. Las tabletas y los smartphone se fusionarán con el vehículo para proporcionar tanto la funcionalidad del dispositivo como la de los sistemas de control del vehículo. Esto permitirá simplificar enormemente el interior de los coches».

El control gestual también será una realidad en los vehículos en un futuro próximo. Los controles reconocen movimientos concretos de la mano o los dedos, con lo que se elimina la posibilidad de activar funciones involuntariamente. Según los científicos, en los próximos 25 años, emplearemos la mirada y la biometría para interactuar con el vehículo. El control por voz también desempeñará un papel más importante, aunque el fabricante quiere asegurarse además de que, con el aumento de la autonomía, no se eliminen la emoción y el placer de la conducción. Este tipo de vehículo inteligente de Jaguar Land Rover será una realidad en la próxima década, según el ingeniero Epple. Para la conducción con la mente queda un poco más, posiblemente unos quince años, aunque los trabajos de investigación que se están llevando a cabo con varias universidades van por buen camino.

Llevar el coche por control remoto

Muchas veces, cuando estamos haciendo ruta duras de todoterreno, nos enfrentamos a obstáculos naturales verdaderamente difíciles. El coche se inclina en un ángulo que da miedo y, simplemente, hay que pasar por zonas donde no tienes claro si vas a terminar volcando. Frente a esto, hay una solución innovadora. Simplemente, te bajas del coche y, a través de una tableta vas conduciendo como si estuvieras dentro, pero con las manos. Giras el volante, aceleras, frenas... hasta que todo se vuelve a equilibrar no te pones de nuevo en el asientos del conductor. Este aparato se llama «Remote Control Drive» y proporciona mucha tranquilidad, aunque requiere una cierta práctica para conducir correctamente desde la pantalla táctil.

Las investigaciones sobre el desarrollo de vehículos autónomos, que permitan la conducción automática de los mismos si el conductor así lo desea, están asimismo muy avanzadas. «Creemos que el vehículo autónomo puede eliminar la parte del viaje aburrida, tediosa y rutinaria, al tiempo que permite al conductor establecer comunicaciones, realizar algún trabajo o relajarse con el sistema de info-entretenimiento», comenta el Dr. Epple. «En cambio, cuando el conductor prefiera disfrutar de la experiencia de conducción, nuestros nuevos sistemas de asistencia al conductor le aportarán mucho más, porque los clientes seguirán queriendo conducir su coche. Un vehículo más inteligente no tiene por qué eliminar el placer de la conducción, sino que, al contrario, debería mejorar la experiencia del conductor tanto en carretera como fuera de esta». Estos sistemas de asistencia a la conducción incluyen «All-Terrain Progress Control», que permite la conducción todoterreno semiautónoma a baja velocidad.

Uno de los programas que ya se pueden encontrar en los Land Rover más avanzados es el «Terrain Response», que predice las condiciones off-road y la profundidad del agua por la que atravesamos. Un dato especialmente útil para poder vadear sin llevarse desagradables sorpresas. El sistema tiene una función de exploración del terreno, que utiliza láser infrarrojo en los faros antiniebla delanteros del Discovery Vision Concept para hacer un barrido del suelo que se encuentra delante del vehículo. Este prototipo, presentado en el pasado salón de Nueva York, podrá estar disponible al público dentro del año próximo.

Los sensores analizan el tipo de terreno que se está a punto de atravesar para evaluar y predecir la reacción del vehículo. A continuación, el vehículo activa automáticamente el sistema de tracción adecuado para lidiar mejor con el terreno. La pantalla de alta definición integrada en el vehículo proporciona una referencia visual al conductor. La asistencia al vadeo se basa en la actual tecnología «Sensor de Profundidad de Vadeo» de Land Rover y va un paso más allá, al determinar la profundidad del agua antes de que el vehículo entre en ella.