Cuenca

Cuenca, de luto: «Pedimos justicia»

Concentración de repulsa en Cuenca por el asesinato de Marina y Laura
Concentración de repulsa en Cuenca por el asesinato de Marina y Lauralarazon

A las 11 en punto de la mañana de ayer se congregaban bajo los arcos de la Plaza Mayor de la localidad numerosos vecinos de la ciudad y diferentes representantes políticos. En el centro se situó el alcalde, con un crespón negro en la solapa, Ángel Mariscal, arropado por todos los grupos políticos y por agentes de Policía Local y de Guardia Civil que trabajaron en la búsqueda de las dos jóvenes. «Conozco a las tres familias y por eso pido respeto», indicó el alcalde, que tiene relación tanto con la familia Chamón, como con los Morate, y además conocía bien a Marina, ya que durante varios años ella estuvo trabajando de camarera en un bar de la misma plaza. Pronto empezaron a agruparse vecinos de la zona, aún incrédulos con los hechos de la última semana. «Con lo maja que era la chiquita rubia, yo la conocía de la pastelería Ruiz donde trabajaba», comenta Pilar a otro vecino que, aunque «me había cruzado con las chicas alguna vez, a él no le conocía». Desde el Ayuntamiento, a primera hora de la mañana, ya se anunció que se guardarían tres días de luto oficial.

Antes del minuto de silencio, Mariscal leyó un breve comunicado, consensuado por todos los grupos, en el que mostraban su solidaridad con los familiares, insistió en «el rechazo de cualquier tipo de violencia» y de la misma forma remarcó la necesidad de llegar a «un pronto esclarecimiento, con la detención de él o de los responsables».

Sólo una hora después, pasado el mediodía, en la diputación provincial, otro grupo de políticos y ciudadanos mantenían un nuevo minuto de silencio, bajo las tres banderas a media asta. Tras los aplausos sonaron las voces de varios vecinos visiblemente enfadados: «¡Queremos justicia!», reclamaban. Luego, mientras el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, José Julián Gregorio, atendía a los medios, otro de los allí congregados se mostraba muy enfadado: «¡Si lo hubieran controlado antes!...». Gregorio mostró su solidaridad con las familias y aunque insistió en la necesidad de preservar el secreto de sumario decretado por el juez para «no darle ninguna pista al culpable», ya anunció que la Policía había emitido una órden internacional de búsqueda. «Es necesario conocer toda la verdad», insistió. Mientras los políticos salían de escena, los vecinos seguían sin dar crédito: «Me lo tuvieron que decir varias veces para que me lo creyera», comentaba un señor mayor a otro.