La Razón solidaria
Delitos contra la fauna protegida
La Guardia Civil detuvo el miércoles a dos personas acusadas de dar muerte a un oso pardo, una especie en peligro de extinción
Gran parte de aquéllos que cometen delitos contra el medio ambiente nunca reciben su castigo al no ser identificados. Afortunadamente, eso no ha ocurrido en el último caso conocido en el que se ha vulnerado la ley que ampara a la flora y la fauna en nuestro país. El pasado miércoles, el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) detuvo a dos individuos en la denominada «Operación Zarpa» como presuntos autores de la muerte de un oso pardo en la localidad de Porley (Asturias). Los supuestos ejecutores, de 50 y 30 años, respectivamente, utilizaron un lazo de acero para capturar al animal, método de caza prohibido.
Según informaciones de la Guardia Civil, a los arrestados se les imputa un delito contra la flora y la fauna por la colocación de un lazo de acero, y otro por matar a un oso pardo, especie protegida por encontrarse en peligro de extinción.
La Benemérita comenzó a investigar el suceso en agosto de 2012, tras localizar un oso pardo atrapado por un lazo de acero en las Frezalinas, un conocido paraje de la localidad de Porley. Fue allí donde los especialistas del Seprona obtuvieron las muestras que ayudarían a esclarecer los hechos y a identificar a los responsables para proceder a su posterior detención. A unos 200 metros del incidente, los agentes encontraron un saco que contenía restos de un jabalí, cuyos pelos también aparecieron en la trampa en la que quedó atrapado el oso. Más tarde, los restos encontrados fueron enviados al laboratorio del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil, donde se determinó que la herramienta utilizada para la captura del puerco fue también usada para atrapar al oso.
La etiqueta que llevaba consigo el saco fue clave para que la Guardia Civil diera con uno de los implicados. En el precinto se podía leer el nombre de una empresa con sede en Gijón, lugar en el que, tras la averiguación de los agentes, se concluyó que trabajaba uno de los arrestados. A continuación, los miembros del operativo descubrieron que el otro implicado era el propietario de una finca que se encontraba cerca del lugar donde se encontró el lazo de acero. Precisamente, fue el dueño de ese terreno el que avisó a las autoridades. No obstante, desde el primer momento, éste ocultó datos significativos para el esclarecimiento del caso. De haber confesado información, como la hora del hallazgo del oso, el Seprona podría haber procedido a su liberación y posterior salvamento.
La «Operación Zarpa» fue desarrollada por el Seprona de la Guardia Civil del concejo asturiano de Cangas de Narcea. La última detención que la Benemérita llevó a cabo por la muerte de un oso se remonta a 1991, en la localidad de Pola de Somiedo (Asturias), donde el Seprona detuvo a una persona a la que le fueron intervenidas dos pieles de oso pardo.
Sólo 200 ejemplares
Según la organización para la conservación de la naturaleza WWF (en español, Fondo Mundial para la Naturaleza) el lince ibérico es una de las especies más amenazadas a nivel mundial. En la actualidad, sólo existen 200 ejemplares de este felino en todo el planeta, localizados todos ellos entre Sierra Morena y Doñana.
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