El sospechoso de Susqueda se iba a Colombia esta semana

Una de las hipótesis es que Jordi Magentí mató a Paula y a Marc tras una discusión al ser descubierto en plena caza furtiva.

Jordi Magentí salió de su casa en la localidad de Anglés (Gerona) sobre las 8:30 de la mañana, como cualquier otro día. Tranquilo, sin siquiera imaginar lo que se le venía encima. Hacía bastante frío e iba embozado en un abrigo grueso, el que se ponía siempre. No se había dado cuenta que, desde hacía un buen rato, un par de desconocidos vigilaban su domicilio. Estaban escondidos en el interior de un vehículo oscuro. No había andado mucho cuando dos agentes de los Mossos d'Esquadra vestidos de paisano se le acercaron y le invitaron a acompañarles. Desconfió y preguntó qué pasaba, pero los investigadores, con mucha mano, le calmaron y lograron convencerle para que fuera con ellos sin darle más explicación. Los tres recorrieron en silencio los 12 kilómetros que separan Anglès de la comisaría de Santa Coloma de Farnès y allí, al filo de las 09:00, le anunciaron que quedaba detenido y le leyeron sus derechos. Era la conclusión a seis intensísimos meses de discretas pesquisas.

Los Mossos decidieron dar el zarpazo final y detener al único sospechoso porque acumulaban evidencias más que suficientes para que no les cupiera ninguna duda sobre que él era el único autor del doble homicidio del pantano de Susqueda. Pero es que además llevaban semanas escuchándole hablar por teléfono con su mujer, de nacionalidad colombiana, que meses antes se había marchado del pueblo para instalarse en su país. En esos diálogos quedó patente la inminente intención de Jordi de abandonar España definitivamente esta misma semana y viajar hasta Suramérica para vivir con ella. Esta decisión precipitó que los investigadores decidieran detenerlo.

Los hechos se remontan al 24 de agosto del pasado año. Aquel día, Marc Hernández y Paula Mas subieron al pantano de Susqueda a pasar el día y hacer una excursión en kayak. La ausencia de noticias de los dos jóvenes hizo que, al cabo de las horas, las familias dieran la voz de alarma. No fue hasta un mes después que los investigadores encontraron sus cuerpos hundidos en el pantano. Les habían llenado las mochilas de piedras para lastrarlos y que no salieran a flote. La investigación ha sido frenética en estos meses. Sin dar un paso en falso, investigando todas las posibles hipótesis. Al final sólo quedó un sospechoso: Jordi. Varios testigos vieron su coche en la zona de los asesinatos el día en que ocurrieron y las cámaras de seguridad del pantano así lo corroboran. Él, sin embargo, lo niega todo. A su hijo también lo han detenido. En su caso porque en el registro de su domicilio localizaron alguna pequeña partida de droga.

Según afirmaron a LA RAZÓN fuentes cercanas al caso, una de las hipótesis más barajadas por los Mossos es que el crimen habría venido precedido por una discusión entre el detenido y la pareja en el pantano de Susqueda, después de que Marc y Paula le llamaran la atención por practicar la caza furtiva. Posteriormente, su hijo le habría ayudado a ocultar el arma. Hay que reseñar que por la zona del pantano, en la que apenas hay cuatro grupúsculos de casas y es de muy difícil acceso, campan este tipo de cazadores –jabalíes– y pescadores–carpas, siluros, etc–, sobre todo de Europa del Este.