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Dos de los heridos del accidente de Ávila siguen en la UCI
El chófer del vehículo, en libertad sin fianza, reconoció ante la Guardia Civil que le venció el sueño. El exceso de velocidad también se baraja como causa del accidente
El chófer del vehículo, en libertad sin fianza, reconoció ante la Guardia Civil que le venció el sueño. El exceso de velocidad también se baraja como causa del accidente
Dos de los heridos en el accidente del autobús ocurrido este lunes permanecen ingresados en la UCI del Hospital de Avila, según el último parte médico facilitado por la Junta de Castilla y León.
Una de estas personas "podría estar en planta, pero presenta un neumotórax y parece aconsejable su permanencia", y la otra es la madre de la niña ingresada en Salamanca, que se encuentra grave y sedada. Mientras, cuatro heridos han sido dados de alta, cinco permanecen ingresadas en planta de Traumatología, con buena evolución.
En el Hospital de Salamanca la niña de 7 años evoluciona favorablemente tras ser intervenida de fractura de cadera y múltiples heridas faciales, y según el TAC está mejorando.
Una mujer de 76 años evoluciona favorablemente mientras que una joven de 17 sigue siendo estudiada en Urgencias a la espera de un diagnóstico definitivo.
El conductor, en libertad
El conductor del autobús, R. G. F.., de 54 años, que provocó presuntamente los nueve fallecimientos y los 22 heridos en el accidente en la N-403, en la sierra abulense de La Paramera, a la altura de la localidad de Tornadizos, fue detenido ayer tras prestar declaración ante la Guardia Civil. Lo confirmó el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, tras visitar, junto al presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, a los familiares de las víctimas. Según testigos y fuentes de la investigación, el chófer reconoció que se había quedado dormido «durante unos instantes». No obstante, la Guardia Civil tampoco descarta la velocidad como otra de las posibles causas del siniestro.
El ministro del Interior confirmó que al conductor se le habían efectuado pruebas de alcoholemia y drogas, y había dado negativo. Tras pasar a disposición judicial, el juez del Juzgado de Instrucción Número 2 de Ávila ha decidido la libertad provisional, comunicada y sin fianza, de R. G. F.
Según informaron fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, el chófer está siendo investigado por nueve posibles delitos de homicidio imprudente. Como medida cautelar, la juez le prohíbe conducir vehículos de motor mientras dure la tramitación de la causa. El conductor tiene la obligación de comparecer en el Juzgado los días 1 y 15 de cada mes.
El ministro quiso agradecer «el arduo trabajo de todas las instituciones, ya que están cumpliendo con su deber y desde el punto de vista humano y sanitario, todos los heridos y familiares están siendo magníficamente atendidos», y añadió que el trabajo institucional se centrará en «reconfortar a las personas que aún no saben si tienen a allegados entre las víctimas», cuyos cuerpos fueron trasladados al Instituto Anatómico Forense de Ávila.
El fatal accidente se produjo a las 8:30 horas de la mañana en una zona de curva en descenso con visibilidad suficiente, por el impacto en la salida de vía con un talud situado en la margen derecha.
El vehículo estaba matriculado en Ávila en 1997 y, por lo tanto, exento de llevar cinturones de seguridad, dado que la normativa que obligaba a su uso entró en vigor en 2007. Había pasado la preceptiva Inspección Técnica de Vehículos (ITV), tal y como pudo comprobar la Guardia Civil. El ministro se postuló a favor de que esta medida de seguridad «implique que, sin ser obligatoria, en vehículos antiguos, sí sea recomendable».
De paso aprovechó la oportunidad, sobre todo en estos días, de muchos desplazamientos, para apelar «al sentido común y la prudencia de los conductores», ya que, según declaró, «no hay otra forma para poder evitar accidentes de este tipo, aunque seamos muy machacones, incluso pesados, por favor, prudencia, prudencia y prudencia». Junto al ministro, el presidente de la Junta mostró su apoyo a los familiares y resaltó que los heridos hospitalizados «se encuentran impactados», aunque «ya algunos son conscientes de la magnitud del suceso».
El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ayer confirmó que los fallecidos son Berta Erica Collao, de 64 años, y su hijo, Jorge Luis Allende, de 47; ambos de origen chileno, pero vecinos de Ávila y que residían en Navatalgordo. Asimismo, ha fallecido Antonio Rafael Albarrán, de 79 años, vecino de Arganda del Rey (Madrid); Consuelo Pérez, de 70 años, vecina de Navaluenga; Martín Garrido, de 60 años, vecino de Ávila, y Beatriz Garrido, de 33 años, vecina de Ávila. Igualmente, han perdido la vida en el suceso Juan González, de 77 años, vecino de Navalosa; Gerardo Yusta, de 78 años, vecino de San Juan de la Nava, y Beatriz Pérez, de 45 años, vecina de Navarredondilla. Una vez que los forenses han identificado a las víctimas, el Juzgado de Instrucción Número 2 de Ávila ha autorizado que las familias reciban los restos, mientras que, en los próximos días, continuará la investigación de los hechos, llamando a declarar a otros testigos y examinando las diferentes pruebas, tal como ha indicado el TSJCyL.
El último parte médico ofrecido por la Junta informó de que en el Hospital de Ávila cuatro enfermos habían sido dados de alta, dos estaban ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), y cinco permanecen ingresados en planta de Traumatología, con buena evolución. Mientras, en el complejo hospitalario salmantino, la niña de siete años evoluciona favorablemente, lo mismo que una señora de 76 años, y una joven de diecisiete, que estaba siendo estudiada en Urgencias y continúa sin diagnóstico definitivo.
Ninguno de los 32 pasajeros de la línea de autobús que partió a las 7:15 horas de ayer de Serranillos, y tras hacer las paradas de Villanueva de Ávila, Burgohondo, Navalmoral de la Sierra, San Juan de la Nava y El Barraco, podía siquiera intuir que esa mañana iba a convertirse en la peor de sus vidas.
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