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Del aula al bar o cómo acercarse a la ciencia con el estómago lleno
La Universidad de Elche ha decidido ofrecer clases magistrales en bares de la ciudad
Acercar el conocimiento a la sociedad siempre ha sido un reto para las universidades y, bajo este parámetro y añadiendo un toque muy español, la Universidad de Elche ha decidido ofrecer clases magistrales en bares de la ciudad.
La idea, original donde las haya, no es "acompañar"los conocimientos que ofrecen los ponentes con una buena tapa de jamón serrano o de tortilla de patatas, pero sí "digerir"lo que la ciencia tiene que decir de una forma amena y relajada.
La propuesta permite a alumnos, docentes y ciudadanos acudir a una conferencia-coloquio en el marco "incomparable"de un bar, cuyos camareros irrumpen entre las mesas ofreciendo algo de picar y de beber.
El director del Instituto de Biología Molecular y Celular de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, Antonio Ferrer, uno de los organizadores de esta iniciativa y moderador de la jornada, ha explicado a EFE que el objetivo real es decirle a la sociedad que "pierda"el miedo a los conceptos científicos "por creer que no los van a entender".
Como periodistas acudimos a la charla con interés y por las horas, próximas al momento de la cena, con el estómago algo vacío.
En el bar, lleno de gente y con las primeras bebidas ya en las mesas, el catedrático de Nutrición y subdirector del Instituto de Bioingeniería de la UMH, Enrique Roche, explica a los asistentes los servicios de nutrición deportiva de esta universidad.
"Es uno de los mejores de España", afirma con orgullo, pues deportistas de reconocido prestigio han solicitado sus servicios para mejorar su rendimiento físico y llevar a cabo una dieta equilibrada.
Curiosa explicación, pero no por su base científica, sino porque en ese momento algunos de los asistentes piden una rosca de jamón, alguna cervecita y una tapita de chorizo.
"Mucha gente tiene confianza en suplementos alimenticios, y no todos hacen el papel adecuado. Es necesario un buen asesoramiento, en el que se marque la cantidad y el momento necesario para tomarlos", explica Roche.
Bajo este formato distendido, el catedrático desvela que trabajó en colaboración con los servicios médicos del F.C Barcelona para tratar "la mala nutrición"que llevaba uno de los jugadores azulgranas. "¿Quien?", pregunta un joven. Con un gesto y una mirada, Aracil le traslada que es "secreto profesional".
Aprovechando que los camareros continúan con su trabajo y sirven más pinchos de tortilla y raciones de croquetas, Roche recuerda que también trabajó con el primer astronauta diabético, Josu Feijo, y con la modelo Paula Guilló, quien acudió a este servicio de la UMH por sus problemas con la alimentación.
Como en los "pupitres"del bar ya no cabe nadie, los más rezagados se quedan en la barra del bar para escuchar la segunda de las conferencias previstas, a cargo del profesor de Psicología de la Salud en el área de Educación Física y Deportiva Alfonso Aracil.
Su charla se centra en errores que la gente que realiza ejercicio físico comete por falsas teorías.
"Muchos de ellos piensan que hacer más ejercicio puede llevar a un mejor rendimiento, pero no dejar el tiempo suficiente de recuperación puede perjudicar nuestra condición física", advierte Aracil.
A su juicio, "el ejercicio no es una píldora milagrosa y en ocasiones puede ser contraproducente". El parón del ponente para aclarar la garganta es aprovechado por uno de los alumnos para acabar con el último bocado del plato y tomar un sorbo del refresco.
"¿El deporte de elite es saludable?", pregunta un cliente del bar. Según estudios sobre expectativas de vida entre corredores del Tour de Francia, el "nivel de rendimiento físico mantenido durante años, aumentaba las expectativas de vida en comparación con individuos de la misma edad", responde Aracil.
"La mejor 'chuleta' en estas clases es la de la cocina del bar", comenta entre risas un asistente. "A lo mejor entra la tuna ahora con sus Clavelitos", añade su compañero de mesa.
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