El 66,3% consume menos bebidas con azúcar

El interés por una alimentación equilibrada es proporcional a la preocupación por la incidencia del sobrepeso y las patologías relacionadas en las sociedades occidentales. La concienciación social en torno a los hábitos saludables ha evolucionado de la mano de las políticas públicas que también han asumido su parte de responsabilidad en la necesidad de lograr una mejor calidad de vida. Informar, asesorar, instruir, aconsejar han sido las directrices de las administraciones hasta que algunas mentes confiscadoras se les ocurrió que podía ser un terreno propicio al sablazo fiscal. Los españoles tienen unos criterios muy consolidados en todo lo relacionado con una alimentación correcta y su variante impositiva. De hecho, el 74,3% de los encuestados rechaza gravar con un impuesto especial los azúcares y, en esa línea, el 72,3% se niega también a subir las tasas o el IVA de las bebidas azucaradas. Los jóvenes entre 18 y 34 años se muestran especialmente concluyentes en su oposición al impuestazo. Casi nueve de cada diez se desmarca de establecer gravámenes como una herramienta «pedagógica». Que los hábitos saludables están calando lo prueba que el 66,3% de los españoles consume menos productos y bebidas con estos aditivos. El porcentaje alcanza el 70,5% en las personas de 55 y más años, mientras que se queda en el 57,9% en la franja de entre 18 y 34 años. Los criterios no son tan definidos cuando entramos en el terreno de las prohibiciones. El 44,1% permitiría que los niños tomarán estas bebidas, mientras que el 51% no lo haría. Nos alimentamos mejor y vamos tomando conciencia de ello, pero los acelerones fiscales no aportan soluciones, sólo problemas añadidos.