Inmigración

El 84,1% pide combatir las mafias de inmigrantes

Frente a los grupos mafiosos que se lucran con la inmigración ilegal los ciudadanos quieren leyes más duras

Un inmigrante tras ser rescatado de una patera por la Guardia Civil en el Estrecho de Gibraltar / Reuters
Un inmigrante tras ser rescatado de una patera por la Guardia Civil en el Estrecho de Gibraltar / Reuterslarazon

Frente a los grupos mafiosos que se lucran con la inmigración ilegal los ciudadanos quieren leyes más duras.

Una bomba de relojería a las puertas de Europa. La llegada masiva de inmigrantes ilegales en los últimos años a las fronteras de la Unión lleva camino de provocar no sólo un problema de asistencia humanitaria, ante la incapacidad de los socios de la UE para dar respuesta a esta avalancha. El asunto capital es que es un torpedo en la línea de flotación de los principios y valores que dieron lugar a la UE, a la concordia y unidad en los puntos de vista de los socios, a los fondos y los impuestos que aportan los socios para el mantenimiento y progreso de sus ciudadanos.

La inmigración ilegal ha llevado a la ruptura entre los socios: por un lado los que rechazan de plano toda inmigración y los que –hasta ahora– han tenido un comportamiento, digamos, más «humanitario», pero que son conscientes también de que deben resolver más pronto que tarde una crisis que podría llevar a una polarización de las posiciones ante la inmigración. Ante esto, el 84,1% de los consultados por NC Report apoyan que los gobiernos endurezcan la legislación contra las mafias para combatir sus «negocios». La Comisión es consciente también que tiene una bomba demográfica a sus puertas: los 2.500 millones de africanos con que contará el continente antes de mediados de este siglo.

Allí la natalidad, de media, es de seis hijos por mujer. Nada que ver con Europa, con países como Italia o España que no alcanzan la renovación generacional. África no ofrece alternativas a su juventud. Europa es vista como El Dorado de las ayudas sociales y de progreso. Sin embargo, ese escenario es frágil. El Estado de Bienestar tiene sus fronteras y sus límites. No lo aguanta todo.