China
El Año del Cerdo
Los cerca de 200.000 chinos que viven en España celebran esta semana la llegada de su nuevo año, el 4.717. Aunque lo han hecho, como siempre, con un mes de retraso respecto al nuestro, nos llevan la delantera en muchos ámbitos
Los cerca de 200.000 chinos que viven en España celebran esta semana la llegada de su nuevo año, el 4.717. Aunque lo han hecho, como siempre, con un mes de retraso respecto al nuestro, nos llevan la delantera en muchos ámbitos.
«Dejad que China duerma porque, cuando despierte, el mundo temblará». Esta cita, atribuida a Napoleón Bonaparte hace más de dos siglos, resulta más actual que nunca. En efecto, el gigante asiático se ha desperezado del todo y muchos países, entre ellos el nuestro, llevan años sintiendo su honda expansiva. Si bien la economía china ha experimentado cierta ralentización en los últimos tiempos debido, sobre todo, a la guerra comercial que libra con el EE UU de Donald Trump, su ritmo de crecimiento supera holgadamente el seis por ciento. Para resumir: son la segunda economía del Planeta.
Este tsunami asiático reverbera en todo el mundo. El año pasado, 130 millones de turistas chinos se aventuraron más allá de sus fronteras. De ellos, más de 600.000 eligieron nuestro país. Un incremento espectacular si se tiene en cuenta que en el año 2013 venían 80.000 turistas. Y la perspectiva para el año que viene roza la cifra redonda del millón. No es solo que vengan muchos sino que gastan también a manos llenas si se los compara con los viajeros que recibimos de la Unión Europea.
La comunidad china ha venido a España para quedarse. El volumen de empadronados no ha dejado de crecer desde hace dos décadas, y eso que en el intermedio hemos sufrido la peor crisis económica de nuestra historia en democracia de la que apenas hemos comenzado a levantar cabeza. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de ciudadanos nacidos en China que vive aquí se ha multiplicado por 16 desde 1998, pasando de 12.036 a 195.345. En 2017 nacieron en suelo español En 2017 nacieron en España 2.956 niños en los que al menos uno de los dos progenitores tenía nacionalidad china.
Tal y como explica el periodista Ángel Villarino en su libro «¿A dónde van los chinos cuando mueren?» (editorial Debate), el espíritu trabajador del pueblo chino no es una leyenda urbana más. Es bien cierto, tal y como demuestra el volumen de ciudadanos de esta nacionalidad que pagan religiosamente su cuota de autónomos. No hay ninguna otra comunidad de inmigrantes que contribuya tanto a nuestro estado del bienestar como la china pese a que son la cuarta en número. Estos cerca de 200.000 chinos que viven entre nosotros acaban de comenzar su año 4.717, el Año del Cerdo, que, según su tradición, será «abundante y próspero». Más aún.
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