Sanidad

El coronavirus golpea a Europa

Ciudadanos con mascarillas en Seul
Ciudadanos con mascarillas en Seullarazon

Fallece en Alemania el primer europeo por MERs. En España, aunque el riesgo es bajo, hay activado un protocolo en Urgencias.

El paciente, de nacionalidad alemana, tenía 65 años. El pasado 8 de febrero regresó de Abu Dabi. Apenas dos días después, presentó los primeros síntomas y fue recluido en un área intensiva. Tras dos análisis, el pasado 5 de marzo se confirmó el diagnóstico: había contraído el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERs-CoV), también conocido como coronavirus. Ayer se certificó su muerte debido a una insuficiencia orgánica. La noticia sorprendió al equipo médico del hospital de Osnabruck, en el norte del país, ya que habían visto una mejoría. No se trataba del primer paciente tratado en Alemania. Antes, una persona tratada en Essen sobrevivió al virus, mientras que un saudí falleció en Múnich. Otros países como Reino Unido, Francia, Italia, Holanda y Austria se han enfrentado a más casos. Sin embargo, sí que estamos ante el primer paciente europeo que pierde la vida como consecuencia del MERs. Afortunadamente, se han realizado 200 análisis a personas que tuvieron contacto con el fallecido y los resultados dieron negativo. Pero ¿tiene Europa motivos para preocuparse? El Centro Europeo para Prevención y Control de Enfermedades confirma a 11 de

junio 1.288 casos, de los cuales 498 han perdido la vida. Los primeros se registraron en Jordania en abril de 2012. Y se considera que los camellos y los dromedarios pueden ser uno de los focos de infección. No en vano, la víctima alemana había visitado un mercado de animales. Con todo, el foco parece haberse desplazado con virulencia a Corea del Sur. El pasado 20 de mayo notificó su primer caso; a día de hoy, contabiliza 154 infecciones y 19 fallecidos.

En España, el Ministerio de Sanidad califica el riesgo de detección y transmisión de «muy bajo» y está a la espera de las notificaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Hasta ahora, sólo se han registrado dos casos sospechosos en nuestro país, concretamente dos mujeres, que finalmente fueron descartados. Si bien el organismo asegura que el actual brote «es el más grande notificado hasta la fecha fuera de Oriente Próximo», no «se está comportando de manera diferente a lo observado previamente. De ahí que no «recomiende restricciones a los viajes ni al comercio, ni procedimientos especiales» en aeropuertos o aduanas. Así, y siguiendo las recomendaciones de la OMS, Sanidad ha informado de la situación a las comunidades autónomas, que, a su vez, comunicarán a los profesionales sanitarios. Así, éstos deberán estar atentos a todos aquellos pacientes que presenten los síntomas y procedan de Oriente Próximo y Corea del Sur. Además, los centros de vacunación internacional informarán de la situación a aquellos viajeros con destino a Corea.

«No es, de momento y afortunadamente, un problema especialmente preocupante», afirma Ildefonso Hernández, presidente de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas). «Los sistemas de prevención y respuesta en España trabajan las 24 horas. Y van adoptando medidas que no son visibles. Tenemos capacidad suficiente», añade. En este sentido, Hernández no es partidario de realizar controles en aeropuertos. Sin olvidar, además, que apenas hay vuelos directos entre España y Seúl o Arabia Saudí. «Estos cribados son ineficientes. Cada país hace caso a las medidas de disuasión que recomienda la OMS. Mejor hacerlo de forma sensata y muy prudente», asegura.

«A España podría llegar un caso importado como han llegado a otros países de nuestro entorno. Si bien no se puede descartar, el riesgo de detección y transmisión del nuevo coronavirus en España se considera muy bajo», aclara Juan González del Castillo, responsable de Grupo de Infecciosas de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes). En cualquier caso, «desde febrero todas las urgencias hospitalarias de España están alertadas sobre cómo sospechar y proceder ante un caso de coronavirus», añade.

Del Castillo explica que «el coronavirus tiene una tasa de letalidad hasta ahora de alrededor del 35%, inferior a la descrita en los brotes de ébola. Como siempre en este tipo de epidemias, la atención en sistemas sanitarios más avanzados puede mejorar estas cifras. De hecho, en Corea del Sur es del 10%».

Pero el problema es que no existe un tratamiento específico para el coronavirus, «sino medidas de soporte hemodinámico, respiratorio o renal para mejorar las expectativas de supervivencia. Ningún antiviral utilizado hasta ahora ha demostrado mejorar la evolución de los pacientes», precisa. Además, no siempre el paciente presenta un cuadro sintomático. «El periodo de incubación va desde dos días hasta dos semanas. El paciente puede presentar un cuadro que pase desapercibido o provocar una neumonía grave con insuficiencia respiratoria y un fallo multiorgánico que provoque la muerte del paciente», aclara. Por lo que lo mejor es la prevención; o, en este caso, evitar al máximo el contagio. «A la hora de viajar a zonas afectadas, medidas sencillas de higiene personal, como el lavado de manos, reducen de manera significativa el riesgo de trasmisión. También hay que evitar comer comida cruda, poco cocinada y hay que lavar bien fruta y verdura», recomienda Del Castillo, que recuerda que «los pacientes no son contagiosos durante el periodo de incubación».