El día de las familias

El futuro de la sociedad, en manos de la familia

El frío y la niebla no frenaron las ganas de vivir la fiesta de las familias en las actividades previas a la multitudinaria Eucaristía de hoy

FAMILIA BARREDA GÓMEZ
FAMILIA BARREDA GÓMEZlarazon

El frío y la niebla no frenaron las ganas de vivir la fiesta de las familias en la multitudinaria Eucaristía de hoy. Miles de familias se reúnen hoy en la Plaza de Colón de Madrid para rezar en unas circunstancias especialmente duras. La crisis económica es grave, pero la familiar no le va a la zaga. Hay dos millones de adultos en España que han vivido un divorcio en primera persona, y otros dos millones de niños que han sufrido sus consecuencias. Se rompen 300 matrimonios al día. La nupcialidad se desmorona, vaciada de significado. La natalidad es escasa, las madres son de edad avanzada y uno de cada tres bebés nace fuera del compromiso matrimonial. En España hay más mayores que jóvenes y casi 120.000 abortos al año. Las ayudas a las familias brillan por su ausencia y escasean las medidas de conciliación entre familia y trabajo. Hay lugares donde está amenazado hasta el descanso dominical, base de la cultura cristiana. Por eso, las familias estables tienen mucho por lo que dar gracias y conocen a muchos por los que pedir.

La fiesta en las calles

Con ese fin ha pasado el Santísimo Sacramento expuesto 40 horas en la carpa-capilla instalada en los Jardines del Descubrimiento, y no ha permanecido ni un solo segundo a solas. Es más, en algunos momentos ha habido importantes colas a la entrada de la capilla e incluso se ha tenido que pedir a alguno de los asistentes que dejaran paso a otros fieles. Lo cuenta Lola, que vivió todo el día de ayer en los Jardines del Descubrimiento disfrutando de la carpa de adoración y de las diversas actividades planeadas por distintos grupos eclesiales. Así, «Familias invencibles» amenizó buena parte del día con las guitarras y sus cantos de alabanza no sólo en la capilla sino también en la calle, aglutinando a un buen grupo de personas. Fernando, miembro del grupo, cuenta en un descanso de su actuación que ellos asisten a la fiesta de las familias para «que haya más defensa política de la familia y para pedir a la sociedad que se dé cuenta de que la familia es lo que puede sacarnos adelante». Se situaron junto a la carpa en la que el Instituto Juan Pablo II, Cáritas y los COF (centro de orientacion familiar) han ofrecido estos dos días información sobre sus actividades. Pilar, desde el stand de Cáritas, afirma que durante estas horas muchos jóvenes se han interesado por esta organización y que han repartido más de 1.000 folletos informativos.

Por los Jardines del Descubrimiento pasearon ayer los Ugarte Blanco con el sonido de fondo de las orquestas que hoy acompañarán la celebración. Al hacerles la foto, tardan unos minutos en decidir cómo colocarse y en hacerlo, y es que han acudido 13 de sus miembros. Esta particular «formación» se repetirá en unas horas, cuando vuelvan a la Plaza de Colón para celebrar el día de la Sagrada Familia. Antonio y María capitanean esta familia con el aval de 46 años de matrimonio que han dado mucho fruto: 8 hijos, 7 de ellos casados, y 13 nietos. Para María, asistir a la misa de las familias se ha convertido en «una tradición más dentro de las Navidades». Blanca es la última de las hijas que ha contraído matrimonio. Ellos vienen de fuera de Madrid para celebrar la Nochevieja con los padres de Blanca pero, como cada año, este joven matrimonio ha adelantado su viaje para participar en la fiesta de las familias. «La ocasión supone para nosotros un refuerzo en nuestra fe y un revulsivo», asegura Blanca. Sabela, su cuñada, se casó hace tres años con Jerónimo y son padres de dos niñas. Ella tenía 23 años cuando contrajo matrimonio y tiene las cosas muy claras con respecto a la vida familiar: «Hay quien nos dice que no disfrutamos de nuestro matrimonio, pero criar a nuestras hijas es la mejor manera que tenemos de disfrutar de nosotros mismos y de nuestra familia». «Es que el matrimonio no es una atadura, como piensa la gente», dice su suegra María, a lo que Sabela añade, «claro que no, es una forma de afianzar tu unión. Así cuentas con Dios en tu casa».

También son veteranos en esto de la misa de las familias los Moya Fernández. «Es como una JMJ de las familias y es también una ocasión para pedir por quienes más lo necesitan», afirma Carlos. A María Jesús, su esposa, se le llenan los ojos de lágrimas porque quienes más lo necesitan para ellos ahora mismo son unos allegados que sufrieron un accidente de tráfico recientemente. También conocen a la familia de Belén Langdon, una de las jóvenes que murió en el Madrid Arena, y rezan por ellos «y también por las otras niñas y sus familias», asegura María Jesús con la voz entrecortada. Estos días llevan a mucha gente en su «mochila» de intenciones. «En esta celebración las familias nos arropamos unas a otras porque estamos como remando, contracorriente. Así «recargamos las pilas» reconoce este padre de familia para el que los valores familiares se están diluyendo porque «se ha perdido el fundamento del matrimonio, de la virtud y se ha sacado a Dios de las familias». El matrimonio, en la suya, intenta inculcar estos principios a sus cuatro hijas predicando con el ejemplo «en las pequeñas cosas» –dice María Jesús– «intentando que las niñas no tengan una visión materialista de la vida». Así lo hacen, con gestos como acudir hoy a la Plaza de Colón donde año tras año apuntalan los cimientos de su familia y hacen «que sea más fuerte» como dice María Jesús.

FAMILIA BARREDA GÓMEZ

«Al casarte, te comprometes al "contigo, pan y cebolla"»

Carlos Barreda ha acudido estos días a los Jardines del Descubrimiento con los suyos para vivir esta fiesta de las Familias y también para reivindicar: «se proyecta una imagen distorsionada del matrimonio. La realidad es que necesitamos familias, necesitamos la alegría de los niños y, sobre todo, se necesita tener hijos porque, de lo contrario, viviremos en una sociedad insostenible». Él y su mujer, Ana, colaboran activamente en la pastoral familiar de la diócesis de Madrid desde su parroquia del Buen Suceso. «Cristo nos ha enseñado el camino», dice Ana, madre de cuatro hijos a los que educa con el ejemplo y la alegría que le produce la fe. Ellos conocen la realidad de muchas familias a las que echan una mano en su día a día, por eso, Carlos apunta a que, en estos momentos, lo que más necesitan las familias es esperanza, «confianza en que Dios ayuda y poner en práctica el amor para superar las dificultades familiares». Mirando al cielo pero con los pies también en el suelo, Carlos señala que, a veces, es necesario recordar a muchos matrimonios que «al casarte, te comprometes al "contigo pan y cebolla"».

FAMILIA UGARTE BLANCO

Sin faltar un solo año a la cita

Antonio y María acudirán hoy con cuatro de sus ocho hijos a la misa de la Sagrada Familia en la Plaza de Colón. También llevarán a varios de sus nietos, algunos tan pequeños como Catalina, que sólo tiene un año. Lo llevan haciendo así desde que esta festividad se convocara hace seis años de forma pública en la plaza de Colón. María asegura que asistirán, pese al frío, para «dar ejemplo a sus nietos y a toda la sociedad». Estos padres y abuelos han asistido año tras año a la celebración de la Plaza de Colón. . Sin ayudas del Estado. Cada quince días acuden a por ropa y comida para ellos y para sus familias. «Sin lo que recibimos del centro, no quiero pensar cómo saldríamos adelante», dice Sofía.