El kilo dejará de llamarse kilo

El kilo dejará de llamarse como tal. La CGPM (Conferencia General sobre Pesos y Medidas) ha decidido que esta unidad, al igual que el amperio, el kelvin y el mol, dejen de denominarse así y sean redefinidas en 2019.

El objetivo de este cambio es definir a estas unidades en relación a constantes fundamentales y no arbitrarias como ha sido hasta ahora. El «nuevo kilogramo» se medirá con la llamada «balanza de Watt» que permite comparar la energía mecánica con la electromagnética utilizando dos experimentos separados. Esto se debe a que en un siglo, un kilo ha perdido cincuenta microgramos. Por lo tanto, científicamente hablando, un kilo está mal calculado.

Con el paso del tiempo, una masa puede perder átomos y ganar moléculas de agua, por lo que calcularlo sería complicado. Esta forma de medir el kilo no cambia, y tampoco puede dañarse o perderse, como puede ocurrir en el caso de un objeto físico.

Por otro lado, el amperio se medirá con una bomba de electrones, el kelvin se definirá con termometría acústica y respecto al mol, se redifinirá con un instrumento que determina la cantidad precisa de átomos que hay en una esfera perfecta de silicio puro-28.