Hospitales
El ocio en los hospitales ya no es cosa sólo de niños
Secunda Smail, impulsado por la Caixa, organiza actividades lúdicas dirigidas a pacientes adultos
Secunda Smail, impulsado por la Caixa, organiza actividades lúdicas dirigidas a pacientes adultos.
Muchas son las entidades que llevan a cabo acciones de acompañamiento y entretenimiento para niños hospitalizados a través del voluntariado. Sin embargo, en este mismo entorno, frecuentemente se olvida al paciente oncológico adulto, que también suele pasar largos periodos de tiempo ingresado sin apenas salir de las cuatro paredes de la habitación. Por ello, hace un año, la delegación en Cartagena de la Fundación FADE, que desde 2006 atiende a los menores hospitalizados en el centro Santa Lucía, puso en marcha su programa Secunda Smile, el cual ha sido posible gracias al apoyo de la Fundación Bancaria la Caixa.
Secunda Smile es un proyecto que cuenta con dos ramas: «por un lado, la atención a menores hospitalizados, que se concreta en actividades lúdicas y manualidades, así como en el acompañamiento a pie de cama a aquellos pacientes que no pueden salir de su habitación», explica Cristina Alcántara, responsable de proyectos de la fundación Fade en Cartagena. «La segunda rama del programa es la relativa al acompañamiento a los pacientes adultos de oncohematología y, en este caso, el voluntariado está formado íntegramente por estudiantes de enfermería», señala. La labor con adultos se concreta principalmente en talleres de manualidades, de arte, en un cine-fórum, y en talleres de escucha, sobre todo para poder ayudar a los familiares a afrontar la situación.
Cristina Alcántara justifica la tarea que desempeña el voluntariado a través de este programa, al señalar que «en lo que respecta a los niños hospitalizados, éstos necesitan jugar y normalizar su situación, recuperar sus rutinas dentro de lo posible y llevar una vida lo más normal posible». Mientras que en el caso de los pacientes adultos de la planta de oncohematología, la acción de los voluntarios «les anima a salir de sus habitaciones, a socializar, a normalizar la situación, a tener otras cosas en qué pensar más allá de la enfermedad y su tratamiento».
En cualquier caso, los resultados del programa tras solo un año en vigor están ya probados. «Según comenta el personal sanitario de la planta de oncohematología del Hospital Santa Lucía, se ha notado un descenso de las llamadas y peticiones de los pacientes a las enfermeras y también se evidencia un cambio en la manera en que los pacientes adultos de oncología afrontan la enfermedad», revela la responsable del programa, que actualmente cuenta con 118 voluntarios, 44 de ellos en oncohematología. Otros 74 más trabajan con menores, y en total ya ha atendido a 465 pacientes menores y 327 adultos.
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