Argentina
El trabajo infantil afecta a 12,5 millones de niños en América Latina
Alrededor de 12,5 millones de niños en América Latina y el Caribe debieron trabajar durante 2013, según un nuevo informe del Gobierno de Estados Unidos que constata “avances notables” para erradicar la práctica en siete países del continente y deficiencias en Venezuela, Uruguay, República Dominicana y Haití. El informe anual sobre las “Peores formas de trabajo infantil” en el mundo, publicado hoy por el Departamento de Trabajo de Estados Unidos, calcula que esos 12,5 millones de niños, que equivalen al 8 % de los menores de la región, trabajaron tanto en actividades formales como informales pese a los esfuerzos por eliminar esa práctica.
Las poblaciones indígenas y afrodescendientes tienen “tasas desproporcionadas de trabajo infantil”, mientras que los niños migrantes también corren un “riesgo particular” de acabar en actividades “de explotación, como los servicios domésticos”.
Chile, Colombia, Perú, Ecuador, Brasil, Costa Rica y El Salvador hicieron “avances notables” a lo largo de 2013 para reducir el impacto del trabajo infantil en sus sociedades, y muchos Gobiernos de la región “aumentaron sus esfuerzos de protección social” para prevenir que los padres envíen a trabajar a sus hijos por necesidad.
Pero “trece países de la región”, que el informe no identifica, carecen de programas suficientes ante “la ocupación más común para los niños de la región: el trabajo peligroso en agricultura”, especialmente común entre varones afrodescendientes o indígenas.
Otro de los trabajos comunes es “el servicio doméstico, en el que predominan las niñas”, sumado al uso de niños “para actividades ilícitas”, tanto para el cultivo y tráfico de drogas como en las “pandillas” criminales, “especialmente en áreas fronterizas”.
Estados Unidos cita además nueve países que no han definido cuáles son los trabajos peligrosos que deben prohibirse a los niños, entre ellos Argentina, Venezuela y Haití.
Venezuela “no hizo avances en 2013 para eliminar las peores formas de trabajo infantil”, que son en ese país la explotación sexual, la mendicidad o el servicio doméstico, según el informe.
Uruguay, por su parte, “carece de una política nacional integral contra el trabajo infantil, y los programas para prevenirlo y eliminarlo son limitados”, por lo que muchos menores trabajan en “la búsqueda en basureros o la explotación sexual comercial”.
Los progresos también fueron “mínimos” en República Dominicana, que tiene “limitaciones notables a sus oportunidades educativas para ciertos niños, particularmente los de descendencia haitiana”.
Entre los países con avances está Chile, debido a la “aprobación de la educación gratuita hasta los 18 años” y la casi “triplicación de las inspecciones laborales” sobre el tema, aunque, según datos del Gobierno chileno, el trabajo infantil afecta a 229.000 niños.
En Brasil, donde según datos oficiales trabajan unos 3,1 millones de niños, Estados Unidos destaca el “aumento de presupuesto” para la protección social y la mejora del programa contra el trabajo infantil, pero indica que persiste el empleo de menores en “la agricultura y el servicio doméstico”.
Estados Unidos también ve avances en Colombia, que “amplió su programa de protección social” y estableció una unidad de inspección contra el trabajo infantil, pero sigue habiendo niños “reclutados forzosamente por grupos armados” y forzados a trabajar.
Según el Gobierno colombiano, más de un millón de niños trabajan en el país.
Respecto a Ecuador, el informe destaca medidas del Gobierno como la organización de una encuesta sobre el trabajo infantil, pero indica que hay una “limitación de recursos” que impide poner fin al trabajo de los menores en agricultura o narcotráfico.
El Salvador aprobó en 2013 una política nacional para proteger a los niños y una “hoja de ruta” para erradicar el trabajo infantil, pero el informe recuerda que muchos niños -144.168 en 2013, según el Gobierno salvadoreño- siguen en trabajos domésticos o agrícolas.
Costa Rica, según el informe de Estados Unidos, “fortaleció sus leyes contra la explotación sexual de niños” e invirtió en programas sociales, pero éstos “no llegan a todos los niños que trabajan”, muchos de ellos en la agricultura o la industria del sexo.
Perú multiplicó por diez las multas a quienes dan trabajo a niños y firmó un acuerdo para implementar dos programas piloto contra el trabajo infantil, pero muchos menores siguen dedicados a la agricultura y el narcotráfico o mendigan en las calles, según Estados Unidos.
Argentina, Bolivia, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y Paraguay, por su parte, han hecho “avances moderados” en el combate al trabajo infantil.
El Departamento de Trabajo no examinó todo el mundo, sino solo 143 países que se benefician de los programas de preferencias comerciales de Estados Unidos, con el fin de informar al Congreso y que los legisladores tengan en cuenta la prevalencia del trabajo infantil en cada país a la hora de renovar o no esos beneficios.
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