Un verano de calor extremo

La Agencia Estatal de Meteorología prevé que las temperaturas superen los valores habituales durante los meses de julio y agosto. El año pasado se registró 1,2 grados más de la media y se convirtió en el tercero más cálido de los últimos 30 años. ¿Batiremos el récord?

La primavera ya nos dio pistas de lo que nos espera en verano, pues nada más arrancar marzo se registraron temperaturas de hasta 24 grados en Barcelona y 26 en Madrid. Ayer fue la Aemet (Agencia Estatal de Meterología) la que confirmó las sospechas tras publicar su previsión estacional para los meses de junio, julio y agosto. Ya se puede decir de forma oficial que este verano será más caluroso de lo normal. Según las previsiones de la agencia hay un 50% de probabilidades de que se superen las temperaturas medias en la Península –en Madrid los 24,8 grados– y un 45% en las Islas Canarias.

La Aemet elabora la previsión estacional de acuerdo a unos modelos probabilísticos que ofrecen información del tiempo para los próximos meses. «Con ellos se valora si la temperatura y las precipitaciones estarán por encima o por debajo de unos umbrales. Cuando nosotros vemos, como en esta última previsión estacional, que la temperatura se encuentra en el tercio superior, quiere decir que está entre los valores más cálidos con respecto a un periodo de referencia, que va entre 1981 y 2010», explica Rubén del Campo, meteorlógogo portavoz de la Aemet. «Por eso podemos decir que hay probabilidades de que este verano sea más caluroso de la media de los últimos 30 años, pero no hasta qué punto», aclara. Tampoco se puede prever si será peor que el del año pasado,el tercero más cálido que se recuerda desde 1965 o el de 2015, que lo fue todavía más.

« Los años más cálidos desde que hay registros se estan observando en el siglo XXI y si la tendencia continúa, se repetirán con más frecuencia los episodios de calor extremo», asevera del Campo. «Es obvio que se está produciendo un calentamiento global del planeta y que la mano del hombre está detrás de ello».

En esta idea coincide también el meteorólogo de Divulgameteo, José Miguel Viñas. Que los veranos sean cada vez más calurosos «es principalmente por el calentamiento global». «Las lluvias también cada vez son más intensas y las tormentas más severas, la primavera y el otoño se están acortando y se interrumpen con episodios de calor no correspondientes a la estación», alerta. El reto pasa ahora, dice Viñas, por evitar el peor de los escenarios: «La subida de seis grados a finales de siglo que se pronostica si seguimos a este ritmo de contaminación».

El verano es más caluroso y también empieza antes. De hecho, tal y como informa Rubén del Campo, en los próximos dias se prevé un ascenso importante de temperaturas en Península y en Baleares. «El ascenso en la parte Norte y Oeste será hoy de hasta seis grados de temperatura. El fin de semana llegarán los días más calurosos y se registrarán hasta 34 grados en interior y 36 en algunas zonas de Valle del Guadalquivir y del Valle del Ebro». Aun así, aclara, «no podemos hablar de ola de calor, pero sí de temperaturas muy altas propias de los meses de verano».

Por eso en muchas ciudades, como en Granada, Sevilla y Madrid se están instaurando ya los planes de salud de cara a la estación estival con el objetivo de reducir el impacto de las altas temperaturas en la población de riesgo, aquella con patologías crónicas o de base y la aparición de efectos nuevos que pueden poner en riesgo la salud de las personas. Las personas mayores y los niños pequeños son los más vulnerables, por una mayor dificultad de control de los mecanismos de regulación de la temperatura.

Con respecto a las lluvias, la Aemet no aprecia diferencias significativas para este verano de lo que suele ser costumbre, puesto que los escenarios húmedo, normal y seco se reparten a partes iguales, un 33% de probabilidades para este trimestre.

Los meteorólogos, no obstante, esperan que se superen los niveles de lluvia del verano pasado, que fue más seco de lo habitual en el conjunto de España. En los meses de junio, julio y agosto tan sólo se registraron 36 litros por metro cuadrado, lo que supone un 51% menos del valor medio del trimestre estival.