El vídeo de una brutal agresión en un colegio arrasa en Facebook

Las imágenes han dado la vuelta al mundo. La agresión, condenable. La permisividad de los que miran, deleznable. La complicidad del que graba con el agresor, imperdonable.

El problema del acoso escolar es una lacra en todo el mundo. Muchos son los casos de agresiones verbales o físicas a jóvenes en las escuelas por el mero hecho de ser distintos, no pensar igual que los demás o simplemente por caerle mal a los matones de turno. Esta vez, un vídeo grabado en Honduras ha dado la vuelta al mundo y en tan sólo tres días ha logrado más de 11 millones de visitas. Las imágenes fueron grabada en la Escuela Internacional de San Pedro Sula, un colegio privado al que muy pocas familias tienen acceso. Lo sorprendente no es la agresión en sí -un niño que abulta el doble que su víctima abusa de ella ante la complicidad o miedo de sus compañeros-, sino la persona que graba los hechos sin detenerse para separarlos. De hecho, el matón, vestido con una camiseta del F.C. Barcelona personalizada, sonríe orgulloso a la cámara después de haber amedrentado, agredido y pateado a un chico temeroso, que sólo se defiende y que no trata de revolverse en ningún momento. El nombre en la espalda le delata, lleva el 11 de Neymar pero su nombre es Emilio y todos saben que es el matón de la clase y, quizás, del colegio. Puñetazos, empujones, patadas, le llega a colocar la mano en el cuello para inmovilizarlo, para impedir que respire, para demostrar quien manda. La sonrisa los delata. Al agresor y al que lo graba. Hay complicidad, no debe ser la primera vez que ocurre. Pero no es el único que sonríe. Hay otros alumnos que hacen lo mismo, como si lo aprobaran, como si pensaran que el agredido se lo mereciera.

La noticia ha corrido como la pólvora en parte porque un medio local dijo que el agresor era hijo de un importante empresario local y tuvo que rectificar su información. En cualquier caso, el vídeo ha causado mucha polémica en el país por la permisividad de todos los niños y por el autor de las imágenes, una actitud, la de todos, que los hondureños no comprenden que se produzca en una escuela privada de ese nivel. La escuela lo permite y el empresario salpicado por esta polémica lo va a llevar a la Justicia.