Brote de ébola
El virus del sida es el doble de contagioso que el ébola
El VIH tarda hasta dos años en dar la cara, el filovirus sólo 21 días
El ébola es la epidemia del siglo XXI. En EE UU ya han tomado conciencia de la importancia de una epidemia, que sin barreras de control, podría llegar a los más de millón y medio de infectados en 2015. En forma y fondo, a muchos esta situación le recuerda a la ya vivida en la década de los ochenta y noventa del siglo pasado con el virus del sida. El director del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC), Thomas Frieden ha declarado esta semana que entre la epidemia actual de ébola y la del VIH hay ciertas similitudes.
El actual brote que atemoriza a África Occidental se cobra hasta un 70 por ciento de las vidas de los infectados, los expertos advierten de que cada vez se ha vuelto más agresiva: ya hay más de 4.000 muertos y ca si 9.000 infectados. Uno de los problemas es que la respuesta internacional es «más lenta que la velocidad de la transmisión» del brote de ébola, como destacan los presidentes de Guinea Conakry, Sierra Leona y Liberia, los países más afectados, que han pedido «más compromisos sobre el terreno y menos de palabras».
Pese a l miedo que provoca el filovirus, el VIH es más contagioso. Por cada infectado de sida hay cuatro casos, frente a los dos por cada uno de ébola. Además, el virus del sida mata al cien por cien de los infectados, en un plazo de dos a cuatro años, si el enfermo no recibe tratamiento. Entre el 40 por ciento y el 50 por ciento de los infectados por el ébola sobreviven de forma espontánea a la enfermedad, sin recibir terapia.
El presidente del Banco Mundial Jim Yong Kim ha calificado el brote como la «epidemia más compleja jamás afrontada». Uno de los problemas es su letalidad, para la que no hay arsenal terapéutico. La industria farmacéutica y la OMS han llegado ha acuerdo para acelerar los procesos de ensayos clínicos en aquellos fármacos que ven potencialmente útiles. «Esto recuerda a la década de los 90, cuando se daban prisa para autorizar fármacos que aliviaran la situación de los enfermos de sida, para los que no había mucho más que los tratamientos de soporte para las infecciones», explica Piedad Arazo, presidenta de la Sociedad Española Interdisciplinaria del Sida (Seisida).
Pese a que por el número de muertos y afectados resulta alarmante, todavía no se ha llegado al nivel de pandemia, momento en el que la enfermedad se extiende por todos los continentes. Esto es un punto a su favor, ya que las actuales decisiones pueden todavía contener las cifras. Un estudio publicado en «Epidemics» apunta que la herramienta más útil es la información que hará que evite la transmisión en las comunidades. «Esta es la primera vez que podemos medir la transmisibilidad del virus, lo que nos permitirá tomar decisiones por adelantado», explica Adanm Kucharski, investigador del Departamento de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Medicina de Londres.
El origen animal, la forma de contagio y el miedo de la población son los elementos comúnes de estos virus, como apunta la presidenta de Seisida: «Que provengan de murciélagos o chimpancés, que se transmita por fluidos (líquidos biológicos) y la actitud de la gente ante ellos son puntos que comparten el ébola y el sida. Aunque los métodos de replicación y actuación en el organismo son diferentes. También comparten la entrega altruista del personal sanitario».
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