Galicia
Envío de miles de mensajes para rastrear a los implicados en la desaparición de Diana
La Guardia Civil está estudiando utilizar un sistema de «escrutinio digital» ya empleado por la Policía canadiense: mandar un SMS de colaboración a todos los teléfonos que estaban por la zona el día que la joven desapareció
La Guardia Civil está estudiando utilizar un sistema de «escrutinio digital» ya empleado por la Policía canadiense: mandar un SMS de colaboración a todos los teléfonos que estaban por la zona el día que la joven desapareció
La Guardia Civil estudia utilizar en el caso de la desaparición de Diana Quer un sistema que ya ha sido usado por Fuerzas de Seguridad en otros países para tratar de esclarecer asuntos en los que la colaboración ciudadana es fundamental. Se trataría, siempre con las debidas cautelas y, en su caso, supervisión judicial, de remitir un mensaje a todos los teléfonos móviles que estaban en la misma zona por la que se movió la joven madrileña durante la noche de su desaparición. La cifra no ha sido facilitada, pero es muy numerosa y no se reduce a unas decenas.
Dicho mensaje, según han informado a LA RAZÓN fuentes que conocen el proyecto, remitiría a una página web para que los ciudadanos que voluntariamente quieran contestar respondan a un sencillo cuestionario relacionado con la desaparición. Se da por supuesto que quien no tenga nada que esconder ofrecerá su colaboración, sobre todo cuando está garantizada la confidencialidad y, si fuera necesario, la tutela judicial.
Este sistema está siendo utilizado desde el pasado mes de octubre por la Policía de Ontario, en Canadá, que lo llama «escrutinio digital» o «torres de vertederos», con el fin de que quienes puedan tener datos sobre el asesinato de un autoestopista de 65 años, hace ya un año, los aporten mediante la contestación de un cuestionario que han elaborado los agentes que investigan el caso.
Tras obtener el respaldo de una orden judicial, la Policía de Ontario se ha dirigido a los 7.500 usuarios de teléfonos móviles que pasaron por la zona en la que encontraron muerto a Frederick «John» Hatch, que fue visto por última vez con vida en la localidad de Erin el 17 de diciembre de 2015.
El operativo consiste en enviar mensajes de texto a todos esos números telefónicos, tanto en francés como en inglés, dos de las lenguas oficiales de Canadá, en los que se les solicita que visiten la página web que se les indica y voluntariamente contesten a «unas cuantas preguntas sencillas» para ayudar a que la Policía resuelva el asesinato, según la Prensa de aquel país.
Esta solicitud de datos se inicia con la petición a las compañías telefónicas de los nombres de los usuarios de los números a los que se quiere dirigir la petición y que estaban, en el caso de Diana, en la zona de A Pobra de Caramiñal-Rianxo; y en el de Canadá, en los alrededores de donde localizaron el cadáver del autoestopista.
No se trata de investigar a los titulares de esos números, ni su tráfico de llamadas u otros datos que afecten a su intimidad, sino de mandarles una petición de colaboración ciudadana sobre algo que pudieron ver, a lo que quizá no le dieron importancia entonces y ahora podría aportar pistas relevantes a los investigadores.
Las fuentes consultadas insisten en que en ningún caso se trata de invadir la intimidad de nadie, sino de solicitar una colaboración para resolver un caso que tanto está alarmando a la opinión pública.
En EE UU también se ha utilizado este sistema, sobre todo a partir del año 2013, por parte de 25 departamentos de la Policía. En el caso de Canadá, al existir el respaldo de una orden judicial, los que respondan a los mensajes y accedan a la web cuentan con ese amparo, por lo que todo parece indicar que en el caso de Diana se hará de acuerdo con la magistrada que dirige las diligencias de la desaparición de la joven.
La Policía de Ontario envió el mensaje de texto a unos 7.500 teléfonos móviles que estaban en la zona donde se descubrió el cadáver del hombre asesinado en diciembre del año pasado, con el fin de encontrar a alguien que pueda tener información sobre el crimen. Según los medios de comunicación locales, las autoridades obtuvieron una orden judicial que no incluye petición de datos que afecten a la intimidad de los usuarios. Sus teléfonos se conectaron con las torres más cercanas al sitio donde se hallo a Frederick «John» Hatch asesinado.
«Los mensajes de texto suponen una evolución en las técnicas de investigación y es único, sin precedentes», según señaló el inspector de la Policía de Ontario, Andy Raffay, en un comunicado. «Es la forma más eficaz de ponerse en contacto con estas personas rápidamente y eliminar a los que se compruebe que no fueron testigos de lo ocurrido».
El cuerpo parcialmente quemado del asesinado fue encontrado cerca de Erin. La víctima era conocida por hacer autostop y fue visto con vida por última vez en una tienda en que se adquieren productos con descuento. Al día siguiente, encontraron su cuerpo.
«Sobre la base de la práctica aceptada de visitar puerta a puerta a posibles testigos, los mensajes de texto son una evolución de esta técnica de investigación que es única, tal vez sin precedentes», según el comunicado de Raffay.
En el caso de España, la utilización de este sistema en la búsqueda de Diana y de los individuos, si es que se trata de una desaparición forzada, que se la llevaron contra su voluntad, supondría una novedad que, en ningún caso, puede ser interpretada como que la Guardia Civil no cuente ya con pistas firmes sobre lo que ocurrió. Lo que pasa en éste y en otros casos similares es que los investigadores tienen que reunir todas las evidencias posibles antes de presentar el asunto ante la juez competente. Sin esas pruebas, todo el trabajo ya realizado podría quedar sin las bases suficientes para que la desaparición sea esclarecida en su totalidad.
El sistema usado con una víctima de Ontario
La muerte aún sin resolver del autoestopista Frederick John Hatch tiene conmocionada a la sociedad canadiense, especialmente a la residente en Erin (Ontario) donde apareció su cuerpo. Al hombre, de 65 años, le habían visto un día antes en Ottawa. Como se tiene pocos datos del suceso, la Polícia ofrece 50.000 dólares para cualquier información que permita detener al asesino.
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