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¿Es usted una mujer 1,618?

Scarlett Johansson, en una campaña de Dolce&Gabanna, es una de las mujeres que más se aproximan al número perfecto
Scarlett Johansson, en una campaña de Dolce&Gabanna, es una de las mujeres que más se aproximan al número perfectolarazon

Una teoría desbanca las que hasta ahora se consideraban las medidas perfectas de la mujer, 90-60-90.

Leonardo Da Vinci, ya en el siglo XV, fue el precursor en la búsqueda de las proporciones perfectas, del hombre ideal. Su «Canon de las Proporciones Humanas» determinaba con exactitud las medidas de cada una de las partes del cuerpo. Eso sí, basado en medidas arquitectónicas, las que diseñó Vitruvio. Así, por ejemplo, una palma equivale al ancho de cuatro dedos o la altura del hombre es equivalente a cuatro antebrazos. Pero las reflexiones del artífice de la belleza misteriosa de Mona Lisa no se han extrapolado a la mujer que, a lo largo de los siglos ha ido buscando unas proporciones diferentes. Todo ello, en función del momento cultural y del significado de una figura más rellenita o extremadamente delgada. Dependiendo de la época, una u otra modelo eran sinónimo de éxito.

Pero si tuviéramos que decantarnos por las medidas «perfectas» que han regido gran parte del siglo XX, ésas son las famosas 90-60-90, que hoy, sin embargo, una teoría promovida por una firma de lencería ha venido a desmontar. De acuerdo con Bluebella, existe una fórmula matemática que define el físico ideal. Se basa en la proporción aúrea sobre la que ya teorizaron los artistas de la Grecia clásica y que consideraron como la perfección física. En una frase concreta, lo que determina esta proporción es que lo pequeño es a lo grande, como lo grande es al todo. Es decir, que nuestras medidas deben ir en sintonía con todo nuestro cuerpo. Así, de acuerdo con estudios arquitectónicos que se iniciaron en época de los romanos, gracias al cálculo de diferentes medidas de nuestra anatomía obtenemos un número que debe ser lo más próximo a 1,618, el número aúreo, el que la naturaleza determina que es el perfecto.

Ya en 1974, un antropólogo y un estadista hicieron un estudio de campo para demostrar que esta era la medida exacta. Para ello midieron a 459 estudiantes de India y Alemania y concluyeron que el «ratio dorado» o el perfecto es ese mismo número que ya fijó Da Vinci, el 1,618. Eso sí, ellos también se dieron cuenta de que la altura era clave para dar con estas medidas ideales.

El nuevo estudio, basado en esta misma teoría obvia la altura y sólo se centra en tres medidas. Mide la circunferencia del pecho en el punto más prominente, el contorno más estrecho de la cintura y la línea que une la cadera con la cintura. Multiplicando, sumando y dividiendo estas cifras se determina la cifra de cada mujer. Y así, cuanto más se acerca el resultado a 1,618, más armónico es el cuerpo, siempre, claro, de acuerdo con la firma de lencería que también aporta nombres sobre qué personajes famosos son los que más se acercan al «número perfecto». Las que más se acercan son Scarlett Johansson (1,560), Kim Kardashian (1,558) o la que en su día se consideraba como la mujer más sexy del mundo, Marilyn Monroe (1,718).

Este diario se ha puesto en contacto con varios matemáticos para analizar la teoría que ha formulado la firma de ropa íntima y reconocen que desconocen el origen de ésta y que, por lo tanto, prefieren no pronunciarse al respecto. De todas formas, lo que sí es cierto, como confirma Cristino Suárez, presidente de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (Secpre), es que buscar la proporción es una de las claves en esta especialidad y, «si una paciente llega buscando una imagen concreta o unas medidas determinadas que no respetan su simetría, la rechazo».

Lo primero que pregunta este médico al entrar en su consulta es «¿Qué es lo que no te gusta?». Y a partir de ahí empieza a trabajar. «Se toman medidas para todas las intervenciones para sincronizar los retoques con el resto del cuerpo». La operación de aumento de pecho es, sin duda, la más solicitada. Suárez explica cómo el proceso siempre vela por la proporcionalidad: «La paciente primero se prueba prótesis externas debajo de una camiseta y se va viendo para que decida cuál es la medida que le convence y, así, yo también puedo hacerme una idea de lo que quiere». Y es que no sólo es el gusto de la mujer el que cuenta, «también depende de la elasticidad de la piel». Antes de comenzar se toman tres medidas: desde la unión de las dos clavículas hasta el pezón, «suele ser de 23 centímetros mamarios», del pezón al surco submamario, «que en una mujer plana suele ser de 5 centímetros, mientras que una persona con más pecho oscila entre los 10 y los 12». Por último, se determina la longitud que va desde la unión de las clavículas hasta el ombligo. Son estos tres datos los que ayudan al especialista a decidir cuál es el mejor tamaño. «Más que un cálculo matemático, deberíamos hablar de una búsqueda de proporciones», puntualiza el presidente de la Secpre. Y es que «lo más difícil en cirugía estética es lograr la sincronización de todos los lados», añade.

Eso sí, lo que más preocupa a los que trabajan en cirugía estética «son las modas». «Ahora, por temas culturales, se pide un culo más respingón, pero no es recomendable para todos los cuerpos».

La búsqueda de esta perfección también preocupa a los nutricionistas. Luis Morán, decano del Colegio Profesional de Dietistas y Nutricionistas de Andalucía, denuncia la hegemonía de las imágenes: «Son las campañas publicitarias, más que unas determinadas medidas, lo que más cala. Son imágenes que no responden a las características habituales». Eso sí, reconoce que «siempre hay alguna que te pide perder de determinada zona, pero no es posible».