Incendios

Este hombre nos salvará la vida en el verano más seco

Forestales y bomberos se preparan. Alertan de que se cumplen todos los requisitos para tener muchos incendios: calor, sequía y falta de gestión de los montes

Mauricio Martín es técnico de operaciones helitransportadas de Cedefo de Cabezudos, en Almonte. Participó en la extinción del incendio de Doñana.
Mauricio Martín es técnico de operaciones helitransportadas de Cedefo de Cabezudos, en Almonte. Participó en la extinción del incendio de Doñana.larazon

Forestales y bomberos se preparan. Alertan de que se cumplen todos los requisitos para tener muchos incendios: calor, sequía y falta de gestión de los montes.

Si la pasada semana las llamas no nos hubieran dado tregua, ¿qué habría ocurrido con el Parque Nacional de Doñana, con este pulmón verde de Europa? Nos habríamos tenido que despedir de 300 especies de aves, como el águila imperial que está en extinción, así como de 37 especies de mamíferos, entre ellos el lince ibérico. Pero no sólo eso, «si las llamas hubieran llegado a la primera finca, a la reserva biológica, el daño sería inmenso. Sería un desastre para toda la biodiversidad que atesora el parque», asegura a LA RAZÓN Juanjo Carmona, coordinador de la oficina para Doñana de WWF. Y es que las previsiones de todos los agentes involucrados en el cuidado del medioambiente no son muy optimistas con respecto a lo que pueda ocurrir en España este verano porque se juntan tres variantes muy importantes que ya marcan el devenir de estos meses cálidos: sequía generalizada, previsiones de temperaturas más altas de lo normal y bosques que no han recibido los cuidados necesarios durante los meses de otoño e invierno principalmente.

Aunque no podemos ejercer de adivinos y es imposible predecir cómo serán los fuegos que llegarán este verano, de lo que no hay duda es que cada vez hay menos (el 65% se apagan en fase de conato, de menos de una hectárea), pero son más destructivos. «Estamos encaminándonos hacia pocos incendios pero enormes, que escapan de la capacidad de extinción. Es la nueva cara de la problemática de los incendios forestales y se debe a la falta de gestión, relegada desde hace décadas. A eso se le añade la despoblación de las zonas rurales y su desvinculación respecto al aprovechamiento de montes, que hoy, incluso por la población rural, sólo se ven como enclaves para el ocio y no como medio de vida», explica el decano del Colegio de Ingenieros de Montes de Aragón, Ignacio Pérez-Soba.

Según Eduardo de Rojas, decano del Colegio de Ingenieros de Montes, «antes de la crisis la partida destinada a la gestión ascendía como mínimo a 600 millones de euros y ahora únicamente se destinan 300 millones, cuando deberían destinarse entre 2.000 y 2.500 millones, unos 90 euros por hectárea».

«Este año se cumplen las condiciones para que se repitan incendios tan dramáticos como los que sufrimos hace 11 años cuando ardieron 100.000 hectáreas. A estas alturas ya se han dado varios», augura Anibal López, ingeniero técnico forestal de Lugo. Y pone un ejemplo de como la sequedad del terreno y la falta de cuidado por falta de los agricultores pueden ser una bomba de relojería: «Un hombre segando hierba calcinó 17 hectáreas por los roces de las cuchillas con una piedra». López y sus compañeros reciben cursos de formación cada año. «Aunque lleves diez años en incendios estos cursos de dos días son importantes. Repasamos el uso de las manguera o la teoría del fuego que nos muestra cómo se comporta y los medios con los que se va a atacar», afirma el experto.

A estas dificultades que se plantean en las zonas boscosas, se suma otra clave: el calor. Aunque haya refrescado un poco en las últimas semanas, la Agencia Española de Metereología (Aemet) ya ha advertido de que este verano puede marcar nuevo récord de calor. Afirma que entre junio y agosto existe una probabilidad del 50% de que las temperaturas superen los valores habituales en la Península y Baleares, y de un 45% en Canarias.

La sequía que ya afecta a gran parte de España preocupa y mucho. Desde que comenzó el año hidrológico, en septiembre 2016, las lluvias acumuladas hasta el pasado 23 de mayo están un 12 por ciento por debajo del valor medio normal. La situación es tan extrema que ya se ha puesto en marcha un Real Decreto de declaración de sequía en vigor para las cuencas del Júcar, el Segura y el Duero. «La sequedad facilita los incendios. Esperábamos que abril fuera más lluvioso y no cayó nada. Se dan todas las condiciones para tener muchos incendios», insiste el ingeniero forestal.