Energía eléctrica

Hasta 77 medidas para luchar contra la vulnerabilidad energética

La Fundación Gas Natural Fenosa promueve reformas exprés y de bajo coste para mejorar las condiciones en aquellos hogares en los que se sufre esta situación

Hasta 77 medidas para luchar contra la vulnerabilidad energética
Hasta 77 medidas para luchar contra la vulnerabilidad energéticalarazon

La Fundación Gas Natural Fenosa promueve reformas exprés y de bajo coste para mejorar las condiciones en aquellos hogares en los que se sufre esta situación.

Con la llegada del frío se dispara el gasto energético; máxime si la vivienda no está bien aislada, se sitúa en localidades con climas severos o es una planta baja. El ahorro energético es clave en todos los hogares, pero resulta especialmente importante en aquellos más vulnerables.

La Fundación Gas Natural Fenosa promueve soluciones exprés y de bajo coste para rehabilitar hogares vulnerables, siguiendo las pautas derivadas del estudio «Re-habilitación exprés para hogares vulnerables. Soluciones de bajo coste», dirigido por Margarita de Luxán, catedrática emérita de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), y promovido por la Fundación Gas Natural Fenosa.

«Esta iniciativa, que se incluye dentro del Plan de Vulnerabilidad energética del grupo Gas Natural Fenosa, forma parte de las iniciativas sociales que impulsa la Fundación Gas Natural Fenosa para mejorar la calidad de vida de las personas en situación de vulnerabilidad energética», explica el director general de la Fundación Gas Natural Fenosa, Martí Solà; compañía que destina 4,5 millones de euros anuales para luchar contra la pobreza energética.

«Con los resultados del estudio –prosigue Martí Solà–, el siguiente paso será impulsar la firma de convenios de colaboración con administraciones públicas y con propietarios de las viviendas para la participación de todas las partes en la implementación de estas medidas».

En este sentido, «desde la Fundación Gas Natural Fenosa pensamos que la colaboración entre empresas, administraciones y entidades del tercer sector es clave para encontrar soluciones al problema de la vulnerabilidad a medio y largo plazo», añade Martí Solà.

Aunque para evitar el despilfarro energético es muy importante la orientación de la vivienda, en todo hogar hay un gran número de posibilidades de ahorro energético. Para saber cuáles son las soluciones, los investigadores han realizado un análisis de cuatro ciudades españolas, seleccionadas por su representatividad climática y poblacional: Madrid, Barcelona, Sevilla y La Coruña.

También se ha tenido en cuenta la situación de pobreza energética. Así, mientras en Madrid, alrededor de un 23 por ciento de los hogares son vulnerables energéticamente, en Barcelona, este porcentaje baja al 14 por ciento, en Sevilla, un 17 y en La Coruña, un 16 por ciento.

Las personas en situación de pobreza energética hacen un empleo muy restringido o casi nulo de sus instalaciones de calefacción o refrigeración, y por tanto, la mejora de las condiciones térmicas interiores mediante medidas pasivas, como la rehabilitación de la envolvente de sus viviendas –acristalamientos, carpintería, techos y suelos–, cobran especial fuerza.

Resultados en Madrid

Aunque los datos de ahorro son distintos para cada localidad analizada, en el caso de Madrid se observa que, tras la intervención exprés (aislamiento de muro, cambio de carpinterías y vidrios, incorporación de protecciones solares, etcétera), en invierno disminuyen o incluso desaparecen las temperaturas inferiores a 10ºC en el interior de la vivienda y aumenta el porcentaje de tiempo en el que la vivienda está a una temperatura superior a los 18,5ºC.

En verano, con estas medias también disminuye la cantidad de tiempo en el que se superan los 29ºC en una vivienda, especialmente aquellos hogares que se sitúan en la última planta. Dicho de otro modo, el número de días en bienestar energético se incrementa del 10 al 15 por ciento en los meses fríos y del 7 al 15 por ciento en los de intenso calor.

El gasto económico de aplicar estas medidas se estima entre los 5.600 y los 8.000 euros en función de si la vivienda se encuentra en plantas superiores (que son las que más sufren el calor), inferiores (el frío) o intermedias. Y conllevaría entre 300 y 650 euros de ahorro anual. Siendo mayor el ahorro en aquellos hogares situados en climas más extremos en invierno y verano, como es Madrid.

Con llevar a cabo estas soluciones la demanda de calefacción en un piso situado en las plantas superiores se reduciría entre un 25 y un 33 por ciento dependiendo de la ciudad. De modo que las mayores reducciones del gasto de calefacción se producirían en Madrid.

Solución

Para la directora del estudio, «se vislumbra la posibilidad de sacar a algunas personas de la vulnerabilidad energética mejorando sus condiciones de vida y la habitabilidad de sus viviendas con la aplicación de medidas concretas».

«Son soluciones de aplicación sencilla –prosigue De Luxán–, cuyos resultados se detectan de manera inmediata desde su instalación».

Entre las medidas poco costosas para abaratar la factura, el estudio propone 77 soluciones constructivas divididas en cinco grandes categorías: paramentos, techos, suelos, carpintería y protecciones solares, indicando el coste de instalación de cada una de ellas, su peso, su eficacia y los lugares donde se comercializa. Estas soluciones pueden ir desde la instalación de toldos o la colocación de alfombras, hasta la sustitución de vidrios simples por dobles con lámina de baja emisividad, pasando por el aislamiento de los muros, inyectando en la cámara de aire, o con soluciones de elementos trasdosados por el interior, o aislamiento en techos en los últimos pisos, entre muchos otros ejemplos.

El objetivo es implementar medidas pasivas de fácil instalación que se puedan realizar desde el interior de la vivienda, y que no sea preciso la solicitud de licencias de obras o de permisos de la comunidad de propietarios.

«El ahorro a través de medidas de eficiencia energética depende principalmente de cada uno de nosotros y de nuestras costumbres diarias. Reducir la factura energética de nuestros domicilios durante los meses de invierno es posible con una combinación de modificaciones en nuestros hábitos de consumo, así como en intervenciones concretas en nuestra viviendas», explica el director general de la Fundación Gas Natural Fenosa.