Incendios

Huelga «a la japonesa» contra los incendios

Tras prestar los servicios mínimos, los brigadistas acuden como voluntarios trabajando hasta 18 horas

Los brigadistas, en huelga, acudieron como voluntarios al incendio de Quintana del Castillo (León), al de Navalcán (Toledo) y ayer al de Guisando (Ávila)
Los brigadistas, en huelga, acudieron como voluntarios al incendio de Quintana del Castillo (León), al de Navalcán (Toledo) y ayer al de Guisando (Ávila)larazon

Tras prestar los servicios mínimos, los brigadistas acuden como voluntarios trabajando hasta 18 horas

El incendio de Quintana del Castillo (León) quedó ayer «estabilizado», aunque se mantenía el nivel 2 de emergencia. El fuego a su paso ha afectado a más de 2.000 hectáreas según fuentes oficiales, o 3.000, según los datos facilitados por la Asociación de Trabajadores de las Brigadas de Refuerzo contra los Incendios Forestales (Atbrif). Las labores de extinción del incendio reactivado el miércoles continuaron durante la noche del jueves y ayer por la mañana, en la que los medios desplegados incidieron que el perímetro de las llamas no fuera a más. Esto ha permitido que el fuego se haya estabilizado; una labor en la que han puesto todo su empeño las unidades que han colaborado en la zona, entre ellos los BRIF, que a pesar de estar en huelga desde el pasado miércoles han ido de forma voluntaria a colaborar en la extinción. De hecho, el primer día de huelga 16 bomberos forestales voluntarios de la BRIF de Tabuyo trabajaron sin descanso en este incendio, al día siguiente otros 17 de las bases de Iglesuela y de Puerto del Pico hicieron lo mismo en Navalcán (Toledo), y ayer a eso de las 19:30 cerca de 20 fueron al que se desató en Guisando (Ávila).

Es el caso de Juan, que, tras cubrir el servicio mínimo desde las 14:00 horas hasta las 22:00, después fue con el resto de compañeros como voluntario a apagar las llamas del incendio desatado en la provincia de León hasta las 6 de la mañana. Es decir, 18 horas trabajando entre las llamas velando por la seguridad de los vecinos, sus bienes, y por el monte. Y todo ello estando de huelga. «Lo que más nos importa es el medio ambiente. Vamos a ir a proteger el monte estemos o no en huelga», explica. Su labor es encomiable, los vecinos no han parado de agradecerles su trabajo. «Al darse cuenta de que estábamos en huelga por el lema de nuestra camiseta nos preguntaban y nos agradecían haber ido. A unos compañeros les ofrecieron refrescos, a otros unas señoras les dieron las gracias con bendiciones a Dios incluidas». También se lo han agradecido los guardas forestales y los jefes de extinción. Pero ni Tragsa ni el Ministerio de Agricultura han dado una muestra de agradecimiento, relatan los BRIF. «Desde el Ministerio –prosigue– se ha puesto en tela de juicio nuestro trabajo, sobre cómo podíamos ponernos en huelga en plena campaña de riesgo de incendio y creo que hemos demostrado que para nosotros lo más importante es el medio ambiente». De hecho, para Juan, así como para el resto de sus compañeros, el dinero –sus nóminas no superan los 900 euros– no es siquiera lo que más les importa, y eso a pesar de que sólo cobran 3,43 euros al día de plus de peligrosidad. «Para nosotros lo más importante no es el dinero, sino conseguir la segunda actividad, porque a pesar de ser un colectivo joven, empieza a haber compañeros con 50 años. Llevan toda la vida trabajando en la extinción y si el próximo año no pueden pasar las pruebas les echan, no les dan una segunda oportunidad para poder estar ligados al dispositivo».

David, otro brigadista, opina igual. «Tengo 42 años y por lo menos me quedan otros 10 en activo. Pero tengo compañeros mayores que seguramente no vayan a pasar las pruebas y la empresa les dará una patada. ¿Qué hacemos cuando lleguemos a esa edad? Nos hemos dejado la piel por este trabajo, pedimos que se nos dé la opción de continuar ligados con la brigada». Y lo que dice es literal, en esta época la mayoría de los brigadistas suelen tener la nariz quemada. Y opciones hay, porque no sólo apagan los incendios en invierno, también lo hacen, como se suele decir, en verano, realizando desbroces, podando, limpiando los alrededores de las pistas... algo clave en un monte olvidado. Es decir, que para estas tareas los BRIF mayores podrían hacerlas todo el año, así como encargarse del tema logístico y del mantenimiento de las bases. «Aunque depende del año, solemos trabajar 10 u 11 meses. En mi base trabajamos 50 personas y estamos para todo León. El monte está abandonado, se hacen quemas controladas, y para ello se necesita tener a alguien que sepa actuar», explica David. Otra opción es la logística. «Es un tema más importante de lo que a priori uno pueda pensar. Estamos uno, dos o tres días durmiendo fuera de casa, un BRIF mayor se podría encargar del alojamiento, de traer bocatas al lugar del incendio», afirma Juan. Y es que, aunque de esto no se hable, cuando las diferentes unidades están luchando para controlar un incendio pocas veces, las mínimas, les llega algo de avituallamiento. Otra opción es el mantenimiento del entorno de la base y de las maquinarias que emplean en la lucha contra el fuego, así como para mantener adecuadamente el monte. Y por último, su tercera petición es que se les eleve a la categoría profesional de bombero forestal. De no alcanzar un acuerdo, el día 27 se pondrán en huelga indefinida, una huelga «a la japonesa», demostrando a todos que su mayor preocupación es y seguirá siendo el monte, ese gran abandonado.