Camino de Santiago

El asesino cortó las manos a la peregrina y la cambió de lugar

Otra caminante, también de nacionalidad extranjera y con conocimientos de artes marciales, evitó la agresión sexual con una fuerte patada en la zona testicular

El presunto asesino a su llegada a los juzgados en Astorga (León).
El presunto asesino a su llegada a los juzgados en Astorga (León).larazon

Otra caminante, también de nacionalidad extranjera y con conocimientos de artes marciales, evitó la agresión sexual con una fuerte patada en la zona testicular

Miguel Ángel Muñoz, que presuntamente fue el autor de la muerte de la peregrina del Camino de Santiago Denise Thiem, le cortó las manos con el fin –eso pensaba él– de que fuera más difícil su identificación, según han informado a LA RAZÓN fuentes de la investigación.

El comportamiento de este individuo, una vez perpetrado el crimen, fue un tanto errático, ya que, en principio, escondió el cadáver en un sitio y, pasadas unas semanas, lo trasladó al lugar en el que fue hallado, donde lo dejó, desnudo, a ras de tierra. Las razones de este comportamiento no están muy claras pero como persona que vivía en el campo sabía que las alimañas y todo tipo de animales se cebarían con el cuerpo de Denise.

Tal vez pensó que, de esta manera, borraría cualquier rastro cuando alguien diera con los restos o quizás actuó por otros motivos que los investigadores tratan de determinar.

Lo que ha quedado claro, tal y como adelantó este periódico, es que el móvil que guiaba a Miguel Ángel era el de la agresión sexual. Algún tiempo antes de que atacara y diera muerte a Denise lo intentó con otra peregrina, también extranjera. Pero en este caso sufrió en sus carnes un severo castigo. La mujer tenía conocimiento de artes marciales y pudo defenderse.

El sistema de «trabajo» del presunto agresor consistía en lo siguiente. Se colocaba al borde del camino, y si veía a un grupo de hombres o mujeres que viajaban juntos, se limitaba a saludarlos y desearles, como es tradicional, un buen recorrido.

Cuando venía una mujer sola y no se avistaba a nadie a lo lejos, intentaba hablar con ella y la indicaba una senda incorrecta que precisamente le separaba del recorrido oficial. Él se adelantaba para, en un lugar escondido, atacarla con el fin de agredirla sexualmente. Lamentablemente, con Denise consiguió (la autopsia determinará hasta qué punto) sus siniestras intenciones, pero no siempre ocurrió lo mismo.

Durante los ataques utilizaba un palo y un artilugio dotado de una terminal que produce descargas eléctricas y que se usa con el ganado cuando se resiste a obedecer.

Algún tiempo antes, hizo lo mismo con otra mujer, también de nacionalidad extranjera, y cuando comenzaba la agresión se encontró con que tenía delante a una experta en artes marciales que, como primera providencia (y se supone que única) le dio un golpe testicular, un patada en las gónadas, que le dejó K. O.

Miguel Ángel lo intentó también con otras mujeres, curiosamente de nacionalidad extranjera todas ellas, que en la mayoría de los casos presentaron la correspondiente denuncia.

La Policía trata de localizar a estas víctimas y, al menos de momento, una de ellas, de nacionalidad alemana, se ha ofrecido para comparecer ante el juez que dirige las investigaciones.

Las pesquisas que realiza la Policía en la finca de este individuo han dado sus primeros frutos ya que han sido localizadas las gafas que llevaba Denise en el momento en que fue agredida.