Cantabria

El día milagro de las donaciones

Gitte saludadaba ayer al cirujano Pablo Ramírez, que coordinó la operación
Gitte saludadaba ayer al cirujano Pablo Ramírez, que coordinó la operaciónlarazon

El cirujano Pablo Ramírez y su equipo tenían apenas horas para realizar un trasplante de hígado a su paciente. Si no, moriría. La operación fue un éxito.

El pasado lunes se obró un pequeño milagro. Nunca antes en nuestro país, en sólo 24 horas, se habían producido tantas donaciones de órganos. En un día normal, suele haber cuatro o cinco; en esta ocasión, fueron 15 donaciones de fallecidos y una de donante renal vivo, que permitieron llevar a cabo 38 trasplantes: 21 renales –uno de ellos de vivo–, nueve hepáticos, cinco pulmonares –tres de ellos de ambos pulmones–, dos cardiacos y uno combinadode páncreas-riñón. El anterior récord se produjo el 20 de febrero del año pasado, cuando se registraron 14 donantes. En definitiva, un récord más a añadir al sistema de trasplantes.

Entre los operativos de donación del pasado lunes participaron un total de 29 hospitales pertenecientes a 11 comunidades autónomas. De los trasplantados, hubo cuatro de ellos en los que el tiempo era clave. Son los que se conocen como «urgencias cero»: si en el plazo de dos días no aparecía un donante compatible, el paciente moriría. En esta situación se encontraban dos pacientes que esperaban trasplantes de corazón y otros dos que necesitaban un hígado. Una de estas personas se encontraba ingresada en el Hospital Virgen de la Arrixaca, en Murcia. Contó en este caso con dos «ángeles»: el donante que le proporcionó su hígado y el cirujano Pablo Ramírez, que llevó a cabo la intervención. «Recibimos la urgencia el pasado lunes. Se trataba de una mujer joven que se estaba muriendo por una hepatitis fulminante», relata Ramírez. «Si no hubiera salido un donante apropiado, hubiera fallecido en dos o tres días», añade.

¿Qué ocurre en esa situación? Como afirma el cirujano, aquel lunes se entró en «código cero». «Ese día sabíamos que para trasplante de hígado había dos urgencias. Y también que se daban una serie de movimientos de donantes. La paciente no era consciente de la gravedad de la situación. Estaba en coma profundo. Todo el equipo estaba localizado y pendiente. En ese momento, facilitamos los datos a la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), que asiste primero a las urgencias». A partir de entonces, se debía realizar un “match” con el receptor para ver la compatibilidad, tanto inmunológica como antropométrica. «En el momento en el que ese “match” es positivo, un equipo del centro salió desplazó al hospital donde se encontraba ese hígado para realizar la extracción y coordinar la logística». Se contó con medios aéreos para que todo el proceso se abreviara lo máximo posible. Al final, dar con el donante, realizar la extracción y el «match», transportar el órgano y llevar a cabo el trasplante, fue un proceso que abarcó un tiempo que, aunque suene a récord, es habitual cuando se cuenta con una coordinación tan eficiente: apenas 12 horas. Como apunta el cirujano, más del 90% de los casos que se encuentran en urgencia cero son trasplantados en las primeras 48 horas.

¿Y la paciente? Prácticamente, había vuelto a nacer. «De estar en coma profundo, ya lleva dos días trasplantada, está consciente, comiendo, hablando... Se ha recuperado de forma extraoridinaria», afirma Ramírez. «Vemos a personas que mueren y que, gracias a la donación y a la generosidad de sus familias, transmiten vida a otras personas». Así, no es de extrañar que se hable del «milagro de los trasplantes».

También tuvieron trabajo el pasado lunes en el hospital Son Espases, de Palma de Mallorca. En este caso, el pasado lunes se realizó en el mismo centro la donación y el trasplante. Julio Velasco, médico intensivista, relata que contaban con un donante multiorgánico, un joven de 32 años que había muerto tras un accidente de coche por un traumatismo craneoencefálico. A su vez, había dos pacientes que necesitaban ser trasplantados de riñón. «Sufrían una insuficiencia renal crónica en fase terminal», afirma el médico. «Al ser un donante multiorgánico, vinieron muchos equipos de otras comunidades autónomas para extraer el resto de órganos y llevarlos al resto de hospitales», añade. Así, en sólo una donación pueden llegar a intervenir hasta 100 profesionales, no sólo del sector sanitario, sino también del transporte y los aeropuertos. No en vano, y como recuerdan desde la propia ONT, en este récord los medios aéreos han sido fundamentales. Seis equipos de trasplante y un órgano en nevera tuvieron que ser trasladados en avión, lo que supuso la participación de 12 aeropuertos.

Velasco ha sido coordinador de trasplantes desde 1989, año en que se creó la ONT. Ha podido comprobar en primera persona la evolución del sistema. En su hospital, han recibido 650 donaciones de órganos y se han llevado a cabo unos 900 trasplantes de riñón. Y, a su vez, ha habido muchos pacientes del resto de la Península trasplantados gracias a los donantes de Baleares. «Cuando ofertamos un donante a la ONT, son ellos los que ponen en marcha todos los medios para que los equipos de los hospitales puedan ponerse en marcha lo más rápido posible. Cuando tenemos una donación multiorgánica es un orgullo ver cómo se juntan aquí un equipo de Madrid, otro de Andalucía, otro de Cataluña... para realizar la extracción». Y es que, quizá, ése ha sido el avance más importante de estos años: «La estructura de coordinación de los hospitales. Y también la concienciación en cada centro hospitalario».

El del pasado lunes no será el único récord que se bata este año en lo que a trasplantes se refiere. Como aseguran desde la propia ONT, es previsible que 2015 se cierre con un 9% más de donantes, rozando los 40 por millón de habitantes, y también con un 8% más de trasplantes, cerca ya de los 4.700. Caben pocas dudas de que, en este campo, España parece no haber tocado todavía su techo.