Espacio

La gravedad en el espacio, a un paso de lograrse

Ya existe un prototipo fuera de la ciencia ficción que permite que los voluntarios dejen de notar los efectos tras probarla en diez ocasiones. De conseguirse, reducirá los efectos negativos de la ingravidez.

«2001: una odisea en el espacio» simuló la gravedad artificial. Foto: Warner Bros
«2001: una odisea en el espacio» simuló la gravedad artificial. Foto: Warner Broslarazon

Ya existe un prototipo fuera de la ciencia ficción que permite que los voluntarios dejen de notar los efectos tras probarla en diez ocasiones. De conseguirse, reducirá los efectos negativos de la ingravidez.

Durante el rodaje de «2001: una odisea en el espacio» (1968), Kubrik creó la gravedad artificial a través de una cestrifugadora giratoria en la que los actores tuvieron que hacer uso de arneses y cuerdas para moverse. Y en un futuro no tan lejano podría ser realidad. Un equipo de científicos de los laboratorios de la Universidad de Colorado (CU), en Boulder (Estados Unidos), está ultimando los detalles para crear gravedad artificial en naves y estaciones especiales. De acuerdo con un comunicado de la citada institución difundido ayer y recogido por Efe, el equipo liderado por el ingeniero aeroespacial y profesor de la universidad Torin Clark ha elaborado un prototipo que, aunque sin la suntuosidad retratada en la citada película así como en otras cintas, persigue reproducir la gravedad artificial en naves y bases espaciales, lo que a su vez permitirá mantener saludables a los astronautas que salgan fuera de la Tierra.

«En el espacio, los astronautas pierden masa ósea y muscular, su sistema cardiovascular pierde tonificación y sufren de otros efectos. Hasta ahora, solo existe una serie de contramedidas desconectadas para superar esos problemas», manifestó Torin Clark.

La nueva tecnología permitirá que los seres humanos contrarresten los efectos negativos de la falta de gravedad, lo que a su vez llevará a extender los periodos de tiempo que podrán pasar los astronautas fuera de la Tierra y, por ende, permitirá que las misiones puedan llegar a lugares aún más distantes.

La idea es instalar «salas» de gravedad artificial en estaciones espaciales para que los astro-nautas pasen en ellas «unas pocas horas al día para recibir sus dosis diarias de ésta», explicó Clark; es decir, permanecer en ellas, como si de una visita al spa se tratase, con el fin de combatir la ingravidez.

Plataforma metálica

El prototipo de la máquina de gravedad artificial elaborado en el Departamento de Ciencias de Ingeniería Aeroespacial de CU-Boulder consiste en una plataforma metálica, como una camilla de un centro hospitalario, dentro de una enorme máquina centrífuga de radio reducido, con una velocidad de rotación variable.

El parecido de esta máquina con un juego mecánico de parques de diversiones es bastante notorio, como reconoce el propio científico, pero mientras dichos artilugios hacen que las personas se sientan mareadas o desorientadas debido a la gravedad, el prototipo creado por el equipo de Torin Clark es completamente ajeno a esos efectos. De hecho, el grupo de investigadores ha logrado que el cuerpo humano se adapte sin muchas dificultades a los efectos de la gravedad artificial. ¿Cómo? Al darse cuenta de que cuando los voluntarios de la investigación utilizan el prototipo de la máquina unas diez veces aproximadamente ya dejan de sentir la ilusión de estar cayendo.

«El objetivo de nuestro trabajo es tratar que un mayor número de personas piensen que la gravedad artificial no es una locura y que quizá pueda ya existir fuera de la ciencia ficción», hizo hincapié Kathrine Bretl, estudiante graduada que participa en la citada investigación.