Consumo

La guerra inglesa a la copa de vino diaria

Reino Unido presenta hoy un nuevo informe, al que ha accedido LA RAZÓN, que desmiente los beneficios de este hábito. La «Guía» del Departamento de Salud afirma que «no existe evidencia de los efectos protectores» del consumo moderado de alcohol. El análisis británico refuta que beber un vaso de vino al día proteja en un 10% de las enfermedades cardiovasculares

La guerra inglesa a la copa de vino diaria
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Reino Unido presenta hoy un nuevo informe, al que ha accedido LA RAZÓN, que desmiente los beneficios de este hábito. La «Guía» del Departamento de Salud afirma que «no existe evidencia de los efectos protectores» del consumo moderado de alcohol

El Departamento de Salud del Gobierno británico presenta hoy un nuevo informe sobre la relación que existe entre el consumo de alcohol y la salud. Con esta nueva guía busca actualizar la anterior que se realizó hace 20 años, en 1995 y que, de acuerdo con el Ejecutivo inglés, quedaba desactualizada.

Con esta guía, a la que ha tenido acceso LA RAZÓN, Salud sienta las bases sobre el consumo de alcohol y cómo dependiendo de la cantidad que se ingiera existen más o menos probabilidades de padecer algún tipo de enfermedad, especialmente de cáncer. Pero también ha entrado a valorar los beneficios o no de tomar una cantidad muy pequeña cada día.

Varios estudios apuestan por que beber una copa de vino al día protege el corazón. El informe inglés lo niega. Es más, en el arranque del informe se determina que «aunque el grupo de expertos de 1995 concluía que existía suficiente evidencia científica para apoyar que el consumo bajo de alcohol era beneficioso, hoy esa evidencia es muy débil, ya que existen ciertas dudas sobre el nivel de protección que hasta ahora se observaba» y añade que «no existe ninguna justificación para recomendar a las personas sanas que tomen alcohol» y, aún menos, «que empiecen a tomarlo por motivos de salud». Con esta contundencia terminaría con uno de los hábitos más arraigados en nuestro país: la de una copita de vino tinto con la comida.

Como explica a este diario José Ramón González-Juanatey, jefe de Servicio de Cardiología del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, «el estudio con el que trabajamos y a partir del que se recomienda tomar menos de 40 gramos al día de alcohol tanto a hombres como a mujeres se conoce como ‘‘Interheart’’ y analiza los factores de riesgo y de potección en más de una treintena de países. Determina que el consumo ligero podría reducir en un 10 por ciento el riesgo de sufrir infarto de miocardio». Como explica el cardiólogo, «este tipo de análisis están basados en estudios observacionales y haría falta algún estudio más de carácter clínico». En lo que se refiere a las nuevas recomendaciones del Gobierno británico, González-Juanatey tiene claro que «nadie debe comenzar a beber alcohol sólo por proteger su corazón».

Joaquim Fernández-Solà, especialista en Medicina Interna del Hospital Clinic de Barcelona, publicó un estudio en 2005 en el que sostenía que «el consumo de alcohol tiene un comportamiento ambivalente sobre el sistema cardiovascular con efectos tanto beneficiosos como nocivos». En su análisis recoge numerosos estudios que explican que es saludable beber dosis bajas de alcohol porque «diminuyen la mortalidad total y la mortalidad cardiovascular, y que se producen menos eventos coronarios , e incluso mejora la evolución de la insuficiencia cardíaca». E insiste en que «siempre ha existido evidencia, que cada vez es más objetiva, de que el alcohol ejerce un ‘‘efecto tónico’’». Es decir, que es beneficioso para el sistema cardiovascular en pequeñas dosis. Todo lo contrario de lo que ahora defiende el Departamento de Salud del Gobierno británico: «Tomar cualquier cantidad de alcohol a diario, por muy pequeña que sea, produce daño».

La nueva «guía» británica también alerta sobre la vinculación entre el consumo de alcohol y varios tipos de cánceres. A este respecto, existe un consenso médico internacional que recoge la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ésta determina que el 22 por ciento de los casos de cáncer de boca y orofaringe en los hombres son atribuibles al alcohol, mientras que en las mujeres la carga de morbilidad atribuible a esa causa baja al 9 por ciento. En el cáncer de esófago e hígado se registra una diferencia parecida basada en el sexo. El informe británico también atribuye el incremento del riesgo de padecer cáncer de mama con el alcohol, así como cáncer colorrectal. Del mismo modo, incluye uno de los tipos más difíciles de tratar, el de páncreas, con las bebidas alcohólicas, e insiste en que «cualquier tipo, incluyendo cerveza y vino, eleva el riesgo» de padecer un tumor maligno.

Este documento con el que a partir de hoy trabajarán todos los médicos de Reino Unido aborda el problema de beber de «atracón» y, aunque considera que no existe suficiente evidencia científica, determina que lo importante es cúanto se beba, no si se hace a lo largo de la semana o en un momento puntual.

Una enseña de la dieta mediterránea

La dieta mediterránea, abanderada por el aceite de oliva como producto estrella, también tiene en el vino uno de sus puntales. Numerosos estudios, como el Predimet, que hace pocos años comprobó los beneficios de la alimentación típica de los países del sur de Europa, confirman las propiedades saludables de la ingesta de cantidades limitadas de alcohol con las comidas. Así, el Predimet resaltó el carácter protector del alcohol ante posibles episodios de infartos y cardiopatías coronarias.