Tribunales
La heladera acusada de matar y congelar a un hombre: «Soy un monstruo»
La Fiscalía mantiene la petición de ocho años y medio de cárcel para la mujer por un homicidio con las atenuantes de embriaguez y confesión
La Fiscalía mantiene la petición de ocho años y medio de cárcel por un homicidio con las atenuantes de embriaguez y confesión, pena que las dos acusaciones particulares aumentan a 20 años al entender que hubo asesinato.
La heladera acusada de matar y congelar a la víctima le dijo a sus hermanos que le llevaran a la Policía para entregarse por el crimen que había cometido, y les repitió en varias ocasiones: “Soy un monstruo”.
María del Carmen Q.B., de 44 años, llamó a sus hermanos cuando tuvo consciencia de lo que hizo el 9 de enero de 2016, y acudió con una botella de whisky y con un habla difícil de entender por la borrachera que llevaba, “como una cuba”, ha precisado una de las hermanas en el juicio con jurado que se sigue en la Audiencia de Sevilla.
Solo accedió a contar lo que había pasado cuando le llevaron a un bar a tomar una copa, y cuando los hermanos escucharon su relato no dieron crédito y telefonearon a un familiar licenciado en Derecho para preguntarles en qué comisaría debían entregarla.
Una hermana siete años menor que la acusada ha explicado que cuando la recogió en su coche, la acusada “lloraba, luego se reía y decía ‘soy un monstruo’, ‘llévame al campo a pegarme un tiro’”, siempre con la botella de whisky en la mano.
“Llevo toda la vida comiéndome marrones de mi hermana por el alcohol”, ha dicho su familiar antes de relatar que, en los últimos quince años, la situación era “insostenible” por el consumo excesivo de alcohol, y ha añadido que en varias ocasiones la ha recogido de la calle inconsciente.
El día de los hechos la recogió otro hermano, quien ha precisado que llevaba medio año sin verla, cuando la encontró inconsciente en la calle llena de orín y vómitos, lo que vieron sus hijas menores.
Los hermanos llevaron finalmente a la mujer a la comisaría de Policía de Dos Hermanas (Sevilla), donde confesó el crimen y tras lo cual fue trasladada a la sede central de Sevilla del Cuerpo Nacional de Policía.
El jefe de homicidios de la Policía en Sevilla, por su parte, ha dicho que la hipótesis más probable es que en la heladería Otoño del barrio de la Macarena se produjo una pelea entre un hombre mayor y pequeño contra una mujer corpulenta y fuerte, que habría golpeado a su oponente con un objeto, lo que le dejó inconsciente y tras lo cual lo estranguló sin que intentara defenderse.
Luego lo introdujo en un frigorífico vertical “lleno de tiestos” y lo tapó con carteles de publicidad, tras lo cual arrojó pertenencias del fallecido en un contenedor, del que pudieron ser recuperadas excepto el teléfono móvil, que no ha aparecido, ha señalado el jefe policial.
Por este caso, la Fiscalía ha anunciado que mantendrá su petición inicial de ocho años y medio de prisión por un delito de homicidio cometido contra un hombre de 62 años, al que estranguló y luego introdujo en un congelador de su establecimiento el 9 de enero del 2016.
Antes del informe de conclusiones definitivas, que expondrá mañana, la Fiscalía ha avanzado que mantiene su petición de prisión para María del Carmen Q.B., de 44 años, que confesó el crimen.
La Fiscalía califica los hechos como un homicidio con las atenuantes de consumo de alcohol y la confesión del crimen, y le solicita una indemnización de 175.000 euros para la mujer y sus cinco hijos, uno de los cuales ha abandonado entre lágrimas la sala cuando los forenses explicaban cómo se produjeron los hechos.
Las dos acusaciones particulares, que representan a la familia del fallecido, también han anunciado que mantendrán la petición de veinte años de prisión por un delito de asesinato.
La defensa, por su parte, ha pedido una pena inferior a los cinco años de prisión porque considera que fue un homicidio con la atenuante de confesión y arrepentimiento y la eximente de legítima defensa.
Los forenses han determinado que el hombre murió tras un golpe en la cabeza, tras el cual su "capacidad de defensa estaba bastante mermada", y después fue estrangulado con un cable.
En su informe, los forenses han dicho que el hombre, de 1,55 metros de altura y 60 kilos, había tomado un sedante y bebido alcohol hasta dar un índice de 1,39 gramos por litro de alcohol en sangre (el límite de la Dirección General de Tráfico para un conductor es de 0,5 gramos).
Los forenses han afirmado que se produjo un intercambio de golpes entre la acusada y su víctima, pero no han podido determinar si el hombre, cuando fue estrangulado, estaba completamente inconsciente, según han declarado en el juicio con jurado que se sigue en la Audiencia de Sevilla.
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