Caso La Manada
La Manada, confiada: «Si me caen 15 años me muero»
El guardia civil y el militar fueron trasladados a la prisión de Alcalá
El guardia civil y el militar fueron trasladados a la prisión de Alcalá.
unque durante el juicio tres de los cinco acusados por la presunta violación grupal en los Sanfermines de 2016 llegaron en un momento casi a llorar, abrazándose tras terminar la exposición de conclusiones de su abogado, lo cierto es que en prisión se les ve confiados. «Lo que me sorprende de ellos es lo contentos y alegres que se les ve. Quizá es porque piensan que van a salir absueltos», explicaron fuentes consultadas por este periódico. Una persona de la cárcel le preguntó a «A. Boza que si le caían 15 años que ni tan mal y respondió que ‘‘se moriría’’».
Les ayuda, y mucho, las visitas que reciben. «El 90% de los fines de semana han tenido visita de familia o amigos», explica el abogado de los tres acusados civiles, Agustín Martínez.
«También durante el juicio sus familiares –que no estuvieron presentes en el juicio– fueron a verles a prisión», añade Martínez, que incide en que desde el primer día que sus tres clientes ingresaron en el centro penitenciario su comportamiento en la cárcel ha sido «magnífico con el resto de internos y con los funcionarios. No han tenido ningún incidente en la cárcel». Algo que también aseguran desde prisiones. «Están muy tranquilos, esperando la sentencia y muy confiados con el resultado final, cualquiera que haya estado durante el juicio tiene claro que será una sentencia absolutoria», añade el letrado.
Respecto al guardia civil y al militar acusados por la presunta violación grupal, fuentes consultadas por este periódico aseguraron que se procedió el pasado martes a su traslado a la prisión militar de Alcalá, un extremo que confirmó otra fuente del entorno: «Se hizo un traslado de urgencia que no estaba previsto».
Un cambio de prisión que ha sido muy bien acogido por los acusados. «Por fin les han trasladado a la prisión de Alcalá. Se han demorado más de la cuenta», afirma el abogado del guardia civil, Jesús Pérez.
El abogado explica que, dado que en la prisión de Pamplona no tenían un módulo especial, «no les pusieron un régimen adecuado por su condición de guardia civil y militar». Dicho de otro modo, les pusieron un régimen no ordinario, por el cual no podían mezclarse con el resto de internos, de modo que comían a otras horas, llegándoles la comida fría y teniendo que comprarla en el economato del centro penitenciario, no podían estar en zonas comunes... y al final estaban recluidos 22 horas en celda sin poder salir.
Un dato que confirman otras fuentes consultadas: «Se han ido contentos, ya que el régimen de vida que tenían aquí sólo les permitía salir de su celda dos horas al día».
El abogado asegura que tanto él como su cliente están «expectantes y satisfechos por el trabajo realizado, esperando que se dicte sentencia respecto a lo que es justo». Aunque para el veredicto habrá que esperar, al menos, hasta el mes de enero.
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