Barcelona

La monja Forcades defiende a los padres que no vacunan a sus hijos y denuncia el negocio farmaceútico

La monja benedictina Teresa Forcades ha defendido a los padres que no vacunan a sus hijos, como los del niño de seis años de Olot (Girona) con difteria, y ha criticado que la Agencia de Salud Pública de Cataluña les "discrimine"por su decisión. En declaraciones a Europa Press, Forcades ha pedido "respeto absoluto por estos padres, porque las vacunas están en manos de unas empresas que lo único que quieren es hacer negocio", aunque ha destacado que la de la difteria es de las mejores que hay.

"La vacuna está probada y funciona, pero no al 100%", ha alertado, teniendo en cuenta que tiene una efectividad del 95%, con lo que, según ella, un 5% de niños no están inmunizados pese a haberse vacunado y corren el riesgo de sufrir efectos secundarios derivados del aluminio que llevan, según ha dicho. Ha destacado que hay más niños que no están inmunizados contra la difteria pese a estar vacunados --debido al margen de ineficacia del 5% producto-- que niños que no han recibido ninguna dosis por elección de los padres, una cifra que ronda el 3% de la población infantil.

Además, ha justificado que los niños que no se vacunan ayudan a los que sí lo hacen a fabricar un "recordatorio natural"de la vacuna, que tiene una efectividad de diez años y requiere repeticiones de dosis, algo que solo hacen cerca de un 30% de los adultos, según ha dicho. "Los vacunados se benefician de los no vacunados, a los que no se tiene que ver como peligrosos, sino al contrario", ya que ayudan a que las bacterias sigan circulando para que los que sí que están vacunados mantengan un buen nivel de inmunización.

"Confrontación en la calle"

Para Forcades, las autoridades sanitarias catalanas "han creado confrontación en la calle"al haber pedido a todos los ciudadanos que se vacunen tras el caso del pequeño de Olot, y han contribuido a que los padres que optan por no hacerlo se sientan culpables. "No puedo aceptar que Salud Pública diga que un niño vacunado es un niño protegido, porque es falso", teniendo en cuenta que la vacuna no tiene una efectividad del 100% y que puede desencadenar efectos secundarios.

Suele ser leve

Lo que le ha ocurrido al menor afectado, que está en estado muy grave en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, "es algo lamentable pero minoritario, ya que la mayoría de afectados tienen un poco de dolor de garganta y al cabo de unos días se les pasa".

Aun así, ha destacado que la difteria tiene una mortalidad de hasta el 10%: "Hay padres que prefieren correr el riesgo de que su hijo se muera que no que quede con una enfermedad degenerativa por intoxicación de cúmulo de vacunas, y hay que respetarlo".