Premios Príncipe de Asturias
Un homenaje a los héroes del ébola
Este mes se cumplirá el aniversario del segundo golpe que el ébola infligió a nuestro país. Si en agosto España tuvo que afrontar su primer contagio en la persona del misionero Miguel Pajares, en Liberia, en septiembre se conoció el del hermano Manuel García Viejo en Sierra Leona. Ambos pertenecían a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (OHSJD), una de las mayores organizaciones internacionales de cooperación, y cuya labor humanitaria se visibilizó aún más después de las noticias que llegaban desde África. Sin dudas, y como sus propios responsables reconocen, aquellos sucesos han tenido parte de responsabilidad en la concesión del Premio Princesa de Asturias de la Concordia, fallado ayer en Oviedo.
Así, el jurado, presidido por Javier Fernández, presidente del Principado de Asturias, destacó la labor de esta hermandad católica, «en los difíciles momentos que hoy vive el mundo», centrada «en cuestiones tan sensibles como la epidemia del ébola, las crisis migratorias y, en general, la protección de las personas más desfavorecidas y en riesgo de exclusión». En su opinión, la orden representa una «ejemplar labor asistencial desarrollada a lo largo de cinco siglos». Fundada en Granada en 1593 por Juan Ciudad, la OHSJD está presente en más de 50 países y cuenta con 1.142 hermanos, unos 50.000 colaboradores y alrededor de 7.000 voluntarios. Sólo en España, la Orden y su Fundación Juan Ciudad gestionan una veintena de hospitales, con más de 7.300 camas y cerca de 2.000 trabajadores.
«Creo que lo que sucedió con la epidemia del ébola ha influido en la concesión del premio», reconoció ayer Miguel Ángel Varona, presidente de la Fundación Juan Ciudad. No en vano, además de dedicar el premio a los miles de colaboradores de la Orden, Varona recordó las figuras de Pajares y García Viejo. Destacó además que 18 personas vinculadas a la hermandad –entre hermanos y colaboradores– perdieron la vida combatiendo los estragos del virus. «Pero el jurado no sólo se ha fijado en eso. Hablamos de 130 hospitales a lo largo de todo el mundo y de 30 millones de pacientes que han pasado por nuestros centros». Así, «la orden sigue su compromiso con las personas más frágiles y en riesgo de exclusión». De hecho, el dinero del Premio se invertirá en los hospitales de Liberia y Sierra Leona, reabiertos el pasado noviembre.
José María Viadero, director de la ONG Juan Ciudad, vivió con especial intensidad aquellos días. Fue el encargado de gestionar los traslados a España de ambos misioneros. Y estuvo en contacto casi hasta el último momento con Manuel García Viejo. «Se contagió porque prefirió quedarse allí a irse de vacaciones. ‘‘Me voy a quedar porque aquí no hay nadie. Sólo estamos un médico y yo. ¿Cómo vamos a reabrir el hospital?’’, me dijo. Su obsesión era no alejarse de los enfermenos», recuerda Viadero, para el que la pérdida del hermano fue especialmente dolorosa. «Viví más tiempo con él», apunta. La noche en que se confirmó el contagio fue especialmente confusa: por un lado, García Viejo le dijo que quería quedarse en el centro de Sierra Leona; por otro, la embajada española afirmaba que había pedido al traslado a nuestro país, como finalmente fue. «Es un recuerdo triste, pero ya hemos realizado el duelo. Es un ejemplo de entrega hasta el final», asegura. Por eso, no puede evitar pensar que el diploma de este Princesa de Asturias «está escrito con la sangre de nuestros hermanos. Los héroes no sólo existen en los cómics. Son también de carne y hueso y hemos convivido con ellos».
¿Qué ha cambiado desde entonces en la hermandad a la hora de afrontar el virus? Lo cierto es que la situación ya no es la misma: Sierra Leona está cerca de ser declarada zona libre de ébola. Pero han aprendido mucho. Y la formación se ha reforzado. «El compromiso no ha cambiado, pero sí la forma de afrontar el ébola. La gente arriesgaba sus vidas por estar ahí. Hoy tenemos unos protocolos de protección bastante seguros».
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