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La pastilla «bisexual»
Los sexólogos aseguran que Addyi trata el deseo sexual tanto de hombres como de mujeres porque activa la libido
Hasta hace unos meses apenas se hablaba de la «anafrodisia», ni se conocía su significado. Pero desde ayer, de madrugada, esta forma de identificar el trastorno del deseo sexual hipoactivo (TDSH) está en boca de todos los medios, tras la aprobación, por parte de la FDA (agencia norteamericana del medicamento), de Addyi, el primer tratamiento farmacológico que aumenta la libido en las mujeres.
Como adelantó ayer LA RAZÓN, el laboratorio Sprout Pharmaceuticals consiguió, al tercer intento, que la agencia de Estados Unidos diera su visto bueno a la comercialización de la «pastilla rosa», como prefieren llamarla desde el laboratorio. Y es que tanto los responsables del fármaco como los sexólogos insisten en que denominarla «viagra femenina» no es correcto. El Viagra, cuyos beneficios sexuales se descubrieron cuando se buscaba un tratamiento para la hipertensión arterial, actúa sobre el flujo sanguíneo y hace que éste mejore en el pene. Addyi, por su parte, se dirige directamente a los neurotransmisores cerebrales. En este caso, sus efectos positivos sobre la libido se descubrieron cuando el laboratorio Boehringer estudiaba un nuevo antidepresivo. Así, como la «pastilla rosa» actúa directamente sobre el cerebro y no tiene ningún compuesto hormonal, «la pueden tomar tanto hombres como mujeres», afirma Francisca Molero, vicepresidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología (FEES). «La indicación de este nuevo fármaco refleja que es para combatir el deseo sexual, por lo que sirve para ellas y ellos», explica la sexóloga que participó como asesora en los estudios que Boehringer realizó en Europa con varias mujeres de diferentes países. «Los estudios en fase tres ya eran prometedores y eran evidentes las diferencias entre el placebo y el medicamento», asegura.
De uso diario
Lo cierto es que de acuerdo con el último manual diagnóstico que describe los trastornos psiquiátricos, conocido como DSM, ya no habla de TDSH sino que pasa a denominarse trastorno del interés sexual y de la excitación sexual femenina. «El mismo nombre indica que juega el mismo papel tanto el deseo como la excitación», apunta Molero. «El deseo es algo complejo –prosigue– y multifactorial en el que no sólo entra en juego el estado físico de la persona, sino también el momento vital. Factores que están ligados directamente a los neurotransmisores, responsables de la serotonina que aumenta la libido». Los sexólogos están de acuerdo en que Addyi no es la panacea, no es como el Viagra, que sólo se tiene que tomar cuando es necesaria, la flibanserina (nombre del compuesto) hay que tomarla cada día. Por eso, su uso siempre se debe combinar con otras herramientas como la psicoterapia, la única a la que podían acudir las mujeres hasta este momento. De acuerdo con la Sociedad Norteamericana de Investigación de Salud Sexual de la Mujer, una de cada diez sufre problemas de deseo sexual, pero como indica la vicepresidenta de FEES, «no son las únicas. Cada vez llegan más casos a consulta de hombres que han perdido el apetito sexual» y muchos de ellos no llegan a la cuarentena. «Nuestro estilo de vida actual no nos deja tiempo para practicar sexo, ni siquiera para pensar en querer hacerlo y al final lo acaban percibiendo como un problema. Es un círculo vicioso».
Al igual que ocurre con otros medicamentos, la FDA ha puesto restricciones muy precisas a su comercialización. De acuerdo con el laboratorio llegará a las farmacias de Estados Unidos el 17 de octubre y su precio oscilará entre los 300 y los 400 dólares mensuales. Todo ello bajo prescripción médica y con varias indicaciones en su etiqueta. Explicará que puede producir mareos y náuseas o que no se puede ingerir si se consume alcohol.
Con respecto a su posible llegada a Europa, el laboratorio ha confirmado a este diario su intención de que llegue a las boticas europeas: «Ya estamos trabajando en ello y espero que cristalice pronto». Sin embargo, la Agencia Europea del Medicamento (EMA), a la que también ha consultado LA RAZÓN, niega que se haya oficializado ningún procedimiento y el último listado actualizado es del pasado 10 de agosto.
Claves para su aprobación
PARA QUÉ ESTÁ INDICADO
- Los médicos estadounidenses que quieran prescribir el fármacos tendrán que seguir un tutorial on-line y hacerles un breve test a sus pacientes para determinar si sufren TDSH.
EFECTOS SECUNDARIOS
- Como indica el FDA, tomar Addyi puede causar efectos secundarios como desmayos o náuseas.
LA CAMPAÑA QUE HAY DETRÁS - Tras las dos negativas de la Agencia Norteamericana del Medicamento a la «pastilla rosa», el laboratorio creó una campaña llamada «Even the Score» en la que denunciaba que estaban siendo sexistas.
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