Unión Europea
Las leyes contra el tabaco no frenan su consumo
Las normativas que han regulado el consumo de tabaco en España a lo largo de las últimas dos décadas no han ayudado a reducir significativamente el número de fumadores. Así lo aseguró ayer el secretario general de Sanidad y Consumo, Rubén Moreno, durante un acto celebrado ayer con motivo del Día Mundial sin Tabaco: «El consumo apenas se ha reducido en un 1,7 por ciento».
La norma que se aprobó en 2005, aunque algunos de sus aspectos no se pusieron en marcha hasta 2006 y 2007, fue la primera que intentó poner coto al consumo de cigarrillos. Restringió fumar en el puesto de trabajo o en los centros culturales. También afectó a bares y a restaurantes, que tuvieron que cercar ciertas áreas para fumadores, muy diferenciadas del resto del local. Sólo unos años después, en 2011, el Gobierno aprobó una nueva regulación que también terminaba con los espacios creados dentro de los establecimientos. Así, ahora está prohibido fumar tanto en lugares públicos como privados y, especialmente en entornos escolares o sanitarios. Sin embargo, España se mantiene entre los países europeos con más fumadores, aunque el dato en toda la UE ha mejorado dos puntos con respecto a 2012. Como recalcó el número dos del Ministerio de Sanidad, «más del 40 por ciento de la población española de 15 a 64 años admite haber fumado en los últimos doce meses». Y aunque el consumo entre hombres sigue superando al de mujeres, Moreno resaltó el continuo incremento del uso de cigarrillos entre ellas. Para combatir esta tendencia, el responsable de Sanidad destacó que las líneas de actuación deben ir dirigidas al incremento del precio de la cajetilla y a la prohibición de la publicidad. Así, el Gobierno debe trasponer la directiva europea que regula todos estos aspectos antes de marzo de 2016, aunque desde el Ministerio de Sanidad no confirman si se hará antes de que finalice la Legislatura o si lo tendrá que hacer el Ejecutivo que nazca de las próximas elecciones.
«Si nadie lo remedia, la epidemia del tabaco provocará 450 millones de muertes en 2050», apuntó Moreno. Y no sólo eso: durante el acto de ayer, miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) también hicieron hincapié en el peligro derivado del consumo de tabaco ilegal. Y es que, como denunció ayer la OMS, uno de cada diez cigarrillos tiene un origen ilícito, lo que representa un triple problema: de salud, económico y de seguridad. Y es que, al tener un precio más barato, «resulta más asequible para las personas jóvenes y se convierte en un mecanismo para promocionar el consumo de tabaco en edades más sensibles», afirmó Armando Peruga, gerente de la Iniciativa Libre de Tabaco de la OMS. A este perjuicio se une el de que «los gobiernos dejan de contar con esta fuente de ingresos y lo deben compensar por otro lado». A nivel mundial, se pierden 28.200 millones. Además, como alertó Douglas Bettcher, director del Departamento de Prevención de Enfermedades No Transmisibles de la OMS: «El tráfico ilegal de tabaco está ligado a otros delitos, como el tráfico de armas o de personas».
La directora del Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales, Pilar Jurado, confirmó ayer que «en 2014, incautamos 9,6 millones de cajetillas ilegales». La cifra es algo inferior a la de 2013, pero como indica Jurado «oscila dependiendo del movimiento de los grandes cargamentos». A lo largo de la última década, España ha intervenido más de 116 millones de cajetillas de contrabando y más de 280 contenedores de tabaco ilícito. De ahí que la OMS haya decidido premiar su labor. «Son un referente en la lucha contra el tabaco ilegal. Es el primer país que empezó a luchar contra el contrabando. Su experiencia es muy importante», añadió Vera da Costa, secretaria general del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco.
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