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Sevilla

Liberada tras ser captada para la prostitución y pasar 3 años abandonada

Los captores descubrieron durante el viaje que estaba embarazada y, tras negarse a abortar, fue abandonada a su suerte en Libia. La mujer pasó tres años de viaje sola acabando en un club de Orense.

La operación se ha saldado con la detención de cuatro miembros de la red.
La operación se ha saldado con la detención de cuatro miembros de la red.larazon

Los captores descubrieron durante el viaje que estaba embarazada y, tras negarse a abortar, fue abandonada a su suerte en Libia. La mujer pasó tres años de viaje sola acabando en un club de Orense.

Agentes de la Policía Nacional han desarticulado un grupo criminal de origen nigeriano que captaba a mujeres de su misma nacionalidad en las zonas más deprimidas de Benin City (Nigeria) para su traslado y posterior explotación sexual en distintas ciudades españolas.

La operación se ha saldado con la detención de cuatro miembros de la red y la liberación de una de sus víctimas que después de un viaje que duró más de 3 años y en el que recorrió un total de casi 12.000 kilómetros, acabó siendo explotada en el ejercicio de la prostitución en un club de alterne de Orense.

La investigación comenzó cuando los agentes de Orense detectaron la presencia de una mujer de origen nigeriano en un club de alterne de dicha localidad, que podía ser víctima de explotación sexual. Las primeras pesquisas determinaron que detrás de la explotación se encontraba una organización que contaba con captadores, personas próximas a los responsables y de su total confianza, que se encargaban de buscar a mujeres jóvenes en situación de absoluta necesidad en los barrios más deprimidos de Benín City, a las que engañaban con promesas de trabajos bien remunerados en Europa.

Contrato bajo rituales de vudú

A la víctima localizada en Orense le ofrecieron viajar hasta Bélgica con la promesa de contraer matrimonio con un hombre adinerado, lo que le aseguraría un futuro y la obtención de los documentos necesarios para residir legalmente en la Unión Europea. Una vez aceptada la propuesta y antes de abandonar Nigeria, fue sometida a rituales de vudú estableciéndose una especie de contrato en virtud del cual la organización se comprometía a llevarla hasta el destino previamente acordado y a costear todos los gastos generados por el viaje. Asimismo, ella juraba lealtad a sus explotadores, comprometiéndose a no escapar ni denunciarlos a las autoridades, así como a pagar la deuda adquirida por su viaje. En caso de incumplimiento del contrato, ella y su familia podrían sufrir todo tipo de males o incluso la muerte.

Así, junto a otras ocho mujeres más, comenzó un largo viaje por vía terrestre que la llevaría desde Nigeria hasta Libia, atravesando Níger y Argelia. En todo momento las chicas estuvieron acompañadas y controladas por otro miembro de la trama, el “pasador”, que también se encargaba de aleccionarlas sobre su modo de comportarse, las respuestas que debía dar preguntas de las autoridades policiales en el cruce de fronteras y todo lo necesario para asegurar su llegada a su destino final.

Una vez en Trípoli la víctima fue examinada por un médico que la informó que estaba embarazada y, tras negarse a abortar, fue abandonada a su suerte en Libia. Después se desplazó como pudo hasta Zuara, desde donde viajó a Argelia con la ayuda de un compatriota. Más tarde se dirigió a Marruecos con documentación falsa y un billete de autobús que le habían facilitado. Y ya en esta ciudad, se instaló en un campamento de refugiados donde fue vendida a otro miembro de la red que la llevó a Tánger para esperar el momento oportuno para embarcar en una patera con destino a España.

Obligada a “reengancharse” a la red

La patera fue rescatada en alta mar y trasladada a Algeciras para ingresar en un centro asistencial. Allí, la víctima recibió una llamada de su explotadora en la que le daba instrucciones precisas para dirigirse al lugar en el que sería recogida por otros dos miembros de la organización, que la trasladaron hasta la localidad sevillana de Camas, después a Málaga y, finalmente, al que sería su lugar de destino en Orense.

En la ciudad gallega, la mujer fue informada de que había adquirido una deuda de 30.000 euros con la red y que para saldarla tendría que ejercer la prostitución en un club de alterne de la localidad, todo ello bajo amenazas por parte de los miembros de la organización.

La operación ha concluido con la detención de cuatro miembros de la organización (dos en Sevilla, uno en Orense y uno en Bilbao) y la desarticulación del entramado criminal en España. Las investigaciones han llevado a la localización de otras tres víctimas más, dos de ellas en Francia y una en Italia.

En el transcurso del operativo los investigadores han registrado dos domicilios, en Sevilla capital y en localidad próxima de Camas, en los que se intervino importante documentación contable relacionada con la explotación sexual de mujeres, efectos para la práctica de rituales vudú y numerosos terminales de telefonía móvil y dispositivos electrónicos de almacenamiento de datos.