Brote de ébola

«Lo más difícil fueron los 50 minutos del hospital al avión»

Luis Hernández Ferrero. Inspector general de Sanidad de la Defensa

«Lo más difícil fueron los 50 minutos del hospital al avión»
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«Sólo hemos hecho nuestro trabajo». El inspector general de Sanidad de la Defensa, Luis Hernández Ferrero, resta importancia al trabajo de su equipo en la repatriación del sacerdote Miguel Pajares. Sin embargo, la gestión del operativo ha sido clave. De hecho, han recibido la felicitación de EE UU.

–¿En qué se ha basado la ayuda de su equipo para la repatriación de Miguel Pajares?

–Nosotros hemos colaborado activamente a las órdenes del Ministro de Defensa, Pedro Morenés, para poder realizar, de una forma segura, la repatriación.

–Usted lleva dos años en el cargo. ¿Es la primera vez que se enfrenta a un caso de esta gravedad?

–Estamos continuamente repatriando a españoles. Hoy –por ayer– hemos estado realizando las diligencias para repatriar a un oficial situado en una zona de operaciones. De hecho, es rara la semana en la que no lo hacemos. Además, también se nos ordena, con cierta frecuencia, que lo hagamos con civiles. Sin embargo, es el primer caso de carácter infeccioso al que me enfrento.

–¿Cómo se ha llevado a cabo el operativo?

–Disponemos de una unidad médica que está permanentemente preparada para casos de emergencia como el de Pajares. El Jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), el almirante general Fernando García Sánchez, activó el operativo siguiendo las órdenes del Ministro de Defensa. Tenemos también varios aviones con posibilidad de ser medicalizados. En este caso, necesitábamos además camillas especiales. Asimismo, tuvimos que aislar el avión con equipos especiales. Ayer –por el miércoles–, a las dos de la madrugada, el avión medicalizado y la tripulación estaban en Liberia preparados para el traslado.

–A la hora de plantear un dispositivo de estas características, ¿qué es lo más complicado?

–Lo más importante es tener una coordinación absoluta. Así, durante el vuelo tienen que irse puliendo las posibles deficiencias del dispositivo. En nuestras zonas de operaciones contamos, de forma habitual, con nuestros propios médicos, lo que facilita la tarea. En este caso, era más complejo. Desde donde se encontraba el sacerdote hasta el Aeropuerto de Monrovia había una distancia de 50 minutos. Además, es complicado obtener todos los permisos en una ciudad como Monrovia, asi como disponer de los vehículos adecuados. El transporte hasta el aeropuerto lo coordinó de forma excelente el Ministerio de Exteriores junto al consulado español en el país.