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Lunáticos medio siglo después

Íker Casillas ha reabierto el debate ¿Pisó Armstrong el satélite en 1969? Casi 50 años después aún existen teorías conspiratorias

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Íker Casillas ha reabierto el debate ¿Pisó Armstrong el satélite en 1969? Casi 50 años después aún existen teorías conspiratorias

Icono del Real Madrid y de la Selección Española, Íker Casillas es un ídolo de masas. Su imagen levantando la Copa del Mundo en Sudáfrica hace ocho años está grabada en la retina de todos los españoles. Pero el «Gran Capitán» de la Roja también es objeto de polémica. La última llegó ayer, cuando el portero del Oporto lanzó una pregunta a sus seguidores de Twitter que resultó, cuanto menos, controvertida. «El año que viene se cumplen 50 años ''supuestamente'' desde que el hombre pisó la Luna. Estoy en una cena con amigos... discutiendo sobre ello. ¡Elevo la pregunta al público! ¿Creéis que se pisó? ¡Yo no!», sentenció. Y adjuntó una encuesta con dos opciones: «Se pisó la Luna en el 69» y «No, nos la colaron». Ayer por la tarde habían votado más de 270.000 personas, de las cuales el 41 por ciento afirmó no creer en la veracidad de uno de los mayores hitos de la historia.

Parece que los «lunáticos escépticos» siguen estando muy presentes en la actualidad. La teoría de la conspiración que niega la llegada del ser humano a la Luna tiene muchas vertientes, algunas de ellas incluso afirman que las imágenes que difundió la NASA y que tuvieron a millones de personas pegadas a aquellos televisores de los años 60 fueron rodadas por el mismísimo Stanley Kubrick.

Los científicos se han afanado durante estos años en intentar explicar a la población que sí, que Neil Armstrong pisó suelo lunar hace ahora 49 años, una hazaña que luego repetirían otros. El clavo ardiendo al que se agarra la mayoría es que esa bandera estadounidense que los astronautas clavaron como símbolo de conquista no podía ondear porque en la Luna no hay atmósfera y por lo tanto no existe el viento. La propia NASA matizó que, en efecto, la enseña no estaba en movimiento, sino que se trataba de un efecto óptico provocado por las arrugas que la tela adquirió durante el viaje. Primer argumento desmontado.

Los más persistentes no se dieron por convencidos. Otra suposición que sonó con fuerza fue que en el cielo lunar no lucía ninguna estrella, lo que probaba la falsedad de las imágenes. Los científicos salieron al paso de estas acusaciones. Las cámaras que portaba la expedición, punteras para la época pero obsoletas si se comparan con la tecnología actual, no captaron esas luces porque sus objetivos se centraron en los estímulos lumínicos en primer plano.

Sobre el tema han corrido ríos de tinta. El astrónomo Philip Plait publicó «Bad astronomy», un ensayo en el que explica que la NASA descubrió un error en el cohete que hizo que finalmente se lanzase sin tripulación. Según Plait, las imágenes fueron en realidad rodadas en un plató del desierto de Nevada.

Esta polémica llega la misma semana en la que la NASA ha difundido nuevas imágenes del Apolo 11. La misión más mediática del organismo gubernamental estadounidense sigue siendo objeto de culto y sospechas medio siglo después, lo mismo que ocurre con el propio espacio. Aunque la ciencia no tiene nada que ver con la de hace 50 años, parece que la mentalidad de la población no se ha ensanchado.