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Cuando los canes suben al podio

Enrique Solís, adiestrador profesional y practicante de «canicross», participa con su perro Kenal, un border collie, en una prueba disputada en España
Enrique Solís, adiestrador profesional y practicante de «canicross», participa con su perro Kenal, un border collie, en una prueba disputada en Españalarazon

Disciplinas como el «canicross» o el «mushing», que aúnan naturaleza y amor por los animales, cada vez cuentan con más practicantes en España.

La fiebre por el «running» ha llevado a miles y miles de personas a recorrer las calles y los parques de cualquier localidad para sumarle números al cuentakilómetros. Pero esta época del año, propicia para que algunos se animen a hacer ejercicio al aire libre, para otros es un tiempo en el que hay que dejar al compañero de entrenamientos en casa. Son los «mushers», corredores que comparten con su perro su afición por el deporte y que, debido al calor de estos meses, tienen que calzarse las zapatillas en solitario. «A más de 16 grados no se debería sacar al animal a correr porque puede sufrir fácilmente un golpe de calor», apunta Enrique Solís, presidente del club de «canicross» de la empresa educadora de perros LealCan (www.lealcan.com). Para él, que pasa su vida adiestrando canes, el «canicross» es más que un hobby. Esta disciplina, adscrita a la Federación de Deportes de Invierno, lleva más de diez años asentada en nuestro país y actualmente cuenta con un calendario de pruebas federadas celebradas por toda la geografía nacional. No se trata de correr en paralelo con el animal con la correa en la mano, sino que la técnica es mucho más específica. Un tiro une el arnés del animal con un cinturón colocado en la cintura del «musher». Es el animal el que lleva la delantera. Y ahí entra en juego la responsabilidad del corredor, ya que la lealtad de un perro puede llevarlo al sobresfuerzo y a traspasar sus limitaciones físicas. «Es muy importante protegerle en todo momento. A lo largo de la temporada los animales pasan reconocimientos médicos que se repiten antes de cada carrera para evitar riesgos. Y durante la prueba no está permitido darles tirones, gritarles o regañarlos», afirma Solís. Él ha pasado muchos años compitiendo con Kenal, un border collie con el que llegó a proclamarse campeón de España de «canicross» en 2006. Ahora, con diez años y medio, el perro ya se ha retirado del mundo de la velocidad y vive con su propietario como una mascota con un pasado admirable. Cuando empezó, Solís dedicó numerosos esfuerzos a impulsar el «canicross» en España. «La gente que trabajaba con nosotros quería seguir disfrutando con su perro al aire libre, y salir a correr por el campo refuerza mucho la vinculación entre persona y animal. Ahora hay de todo: gente semiprofesional, gente que entrena una vez cada dos semanas y los que simplemente quieren compartir tiempo con su perro», añade el «musher».

El «canicross» nació como una variante del «mushing», el tradicional tiro de trineos por perros nórdicos. «En zonas como Alaska o el norte de Europa los trineos eran un medio de transporte más y desde las zonas nevadas se fue promocionando a otros países hasta dar lugar al mushing sobre caminos de tierra» explica Andrés Bustos, presidente de la Asociación Española de Mushers. Él compite «a nivel intermedio» desde hace unos ocho años en «canicross» y «bikejoring» (bicicleta tirada por perros), pero desde su cargo representa a mushers de muy diversas disciplinas. «Normalmente se han empleado razas de perros nórdicos como los huskys ,pero últimamente se están buscando otras razas como los bracos o los alaskanos», añade. Al igual que ocurre en el «canicross», en el «mushing» el bienestar del animal es algo primordial, y es que los conductores que llegan a meta con algún perro en mal estado son penalizados. «Cada “musher” vive con su equipo de perros, es vital que se conozcan para que tengan una relación de confianza que revierta en el rendimiento del animal», aclara Bustos, que recalca que la labor del musher «reside en el entrenamiento, durante la carrera son los perros los que tienen que dar la talla. Pero más allá de la competición, aquí lo más importante es el tiempo que se pasa cuidando a los perros y disfrutando de la naturaleza con ellos», concluye.