Cataluña

El Consejo de Ministros da luz verde al Plan Hidrológico del Ebro

El Consejo de Ministros aprobó hoy el Plan Hidrológico de la parte española de la demarcación hidrográfica del Ebro, uno de los más complejos de España por el gran número de comunidades autónomas que atraviesa (9) y por la necesaria coordinación con Francia y Andorra, según informó en un comunicado el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. El plan hidrológico es el elemento básico de gestión de esta demarcación hidrográfica. Tiene como principal objetivo conseguir el buen estado de las aguas y la adecuada protección del dominio público hidráulico. Marca, asimismo, las pautas para atender las demandas de agua, respetando el equilibrio y la armonización del desarrollo regional y sectorial.

Con el plan del Ebro, ya son 14 los planes hidrológicos aprobados por el actual Ejecutivo en poco más de dos años. Se trata de los planes hidrológicos de Ceuta, Melilla, Islas Baleares, Duero, Cantábrico Occidental, Cantábrico Oriental, Guadiana, Guadalquivir, Miño-Sil, Galicia-Costa, Tinto-Odiel-Piedras, Guadalete-Barbate y Cuencas Mediterráneas Andaluzas, que se suma al único aprobado por el anterior Ejecutivo, el del Distrito fluvial de Cataluña, ahora anulado por los tribunales. En cuanto a los planes pendientes, el Gobierno prevé aprobar próximamente el del Tajo y el del Segura, que ya cuentan con el informe favorable del Consejo Nacional del Agua, así como continuar con la tramitación para aprobar cuanto antes el Plan del Júcar, una vez que ya ha concluido el periodo de información pública.

El Plan Hidrológico del Ebro contempla unas inversiones de más de 2.500 millones de euros a financiar por todas las administraciones para alcanzar los objetivos propuestos en el Programa de medidas. Del total de la inversión, más de 1.100 millones de euros se destinan al cumplimiento de los objetivos ambientales, esencialmente mediante actuaciones de saneamiento y depuración de las aguas residuales urbanas. El segundo bloque, con casi otros 1.100 millones de euros, se dirige a la satisfacción de las demandas, con acciones preferentemente orientadas a la construcción de nuevas infraestructuras de regulación y la mejora en la atención de los regadíos.

Se sitúan, en tercer lugar, la mejora del conocimiento y la gobernanza, con más de 150 millones de euros y, por último, las medidas orientadas a la mitigación de los efectos de los fenómenos meteorológicos extremos (175 millones de euros). El Plan Hidrológico del Ebro contempla una serie de medidas para mejorar el estado de las masas de agua de la cuenca, con las que pretende incrementar de un 77% a un 86,5 % el número de masas de agua superficial que a finales de 2015 estarán en buen estado. Por otro lado, el Plan del Ebro establece unos caudales mínimos que se han definido tras un amplio proceso de participación, aplicando criterios científico-técnicos.