Bruselas

El legado de la energía nuclear en Europa

El legado de la energía nuclear en Europa
El legado de la energía nuclear en Europalarazon

Unos 50.000 m3 de residuos radiactivos se generan al año en la UE. Una cifra que equivale al volumen de menos de un vaso de agua por persona. Pero un «vaso» de larga vida útil que va acumulándose y para el que la UE busca soluciones

Guste o no, lo cierto es que los reactores nucleares españoles son una de las fuentes que mayor contribución aportan al sistema eléctrico. En 2013 generaron el 20 por ciento de la electricidad, una cifra que baja al 15 por ciento a nivel mundial. Además, la energía nuclear supuso más del 34 por ciento de la electricidad libre de emisiones, según los datos facilitados por Foro Nuclear. Ahora bien, tiene un hándicap: los residuos radiactivos. Alrededor de 50.000 metros cúbicos de residuos radiactivos se producen al año en la Unión Europea, según los datos facilitados por Foratom. Esto es igual a 90 cm3 por persona por año, es decir menos de un vaso de agua. En el caso de España, se producen cada año 2.000 toneladas de residuos radiactivos, de las cuales, 160 corresponden a combustible gastado, según datos de Foro Nuclear. Una cifra baja en comparación con los 20 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos o los cuatro millones de toneladas de residuos peligrosos que se producen también cada año. Pero con una diferencia: la larga vida útil de los residuos radiactivos de alta actividad y de lo importante que resulta su correcta gestión.

Por ello, y a la espera de que se encuentre una solución definitiva, los estados miembros de la Unión Europea viven inmersos en la construcción de distintos tipos de almacenes. En el caso de España, Enresa arrancará el próximo año las obras del ATC en Villar de Cañas con el fin de que esté en funcionamiento en 2018. Un almacén cuyo modelo de referencia es Habog, el almacén temporal holandés que gestiona la empresa estatal Covra. Allí, la población convive con tranquilidad con esta instalación de gran diseño. Su ubicación, en un parque industrial, como si se tratase de una nave más, llama la atención. También lo pequeña que parece desde fuera, no así desde dentro, donde un sinfín de pasillos hacen de esta instalación un laberinto en el que sólo hay dos ventanas y no al exterior, sino para permitir a los operarios ver a través de ellas (cuestan 100.000 euros cada una) mientras tratan los residuos que vienen en contenedores a través de «brazos robotizados». En cualquier caso, su ampliación está ya prevista, ya que «en 2015 empezaremos con el proceso de licencia y esperamos empezar su construcción para que en 2018 los dos nuevos módulos puedan estar operativos para almacenar más residuos», explica Hans Codée, director general de Covra. Y es que «Habog está hoy al 80 por ciento de su capacidad», añade. Y eso a pesar de que en Holanda tan sólo hay dos reactores nucleares y sólo uno en operación (1997-2034). Aunque lo cierto es que este almacén no sólo alberga los residuos nucleares de las instalaciones eléctricas, sino también los de los dos reactores de investigación, los de la industria médica y los de la planta de enriquecimiento de uranio. Pero no alberga combustible gastado, sino vitrificado.

En la actualidad, Francia, Suiza, Suecia, Bélgica, Alemania, Reino Unido, Rusia y Bulgaria cuentan ya con almacenes centralizados de distintas tecnologías, según los datos facilitados por Enresa.

En el caso de Bélgica, que está investigando el almacenamiento geológico de los residuos en suelos arcillosos, comenzará en 2015 a construir su «Cabril». Es decir, su almacén temporal para gestionar los residuos de baja y media actividad. Un estado singular, ya que cabe recordar que Bélgica (al igual que hizo Alemania) decidió en 2013 el cierre paulatino de todas sus centrales nucleares, con el fin de que «entre 2015 y 2025 se «apaguen» todos los reactores», tal y como recordó Marc Demarche, de Onraf, la agencia estatal belga para la gestión de residuos. «Aunque los residuos nucleares se mantienen en las centrales nucleares, Bélgica ya cuenta con un almacén que alberga los de baja, media y alta radiactividad», añadió.

Pero Bélgica no es el único país interesado en el almacenamiento geológico, Finlandia, Suecia y Francia también están interesados. Aunque cada vez son más las voces que aseguran que debería ser un objetivo de todos los países europeos encontrar una solución definitiva a los residuos. Un almacén geológico que no tendría que ser estatal, sino uno o varios, pero europeos.


«En Holanda no hay compensación por tener una instalación nuclear en el municipio»

Tras visitar Habog, el alcalde socialista de Borsele, Jaap Gelock, atiende a los periodistas españoles. Gelock reconoce que antes era antinuclear. Su percepción, por el modo en el que ahora se tratan los residuos radiactivos, ha cambiado. «Antes los residuos nucleares se lanzaban al mar en el Golfo de Vizcaya». «Creo que los ciudadanos están de acuerdo con la instalación de Habog porque tiene al lado una central nuclear, está dentro de un polígono industrial. Están acostumbrados. De hecho, incluso Greenpeace estuvo de acuerdo con la elección del lugar».Gelock asegura que «en Holanda no se da una compensación económica por tener una instalación nuclear en el municipio». «A veces tengo envidia de lo que sucede en España», bromea Gelock, que reconoce al final que es cierto que tener esta instalación «a veces tienen sus ventajas, porque decir que eres de Borsele puede abrirte puertas» cuando haces una solicitud o una petición.