Estados Unidos

Infrarrojos que miden la contaminación del tráfico: ¿respiro medioambiental?

Un grupo de investigadores españoles ha creado un sistema que detecta, a distancia y por infrarrojos, las emisiones contaminantes de los coches que circulan por carreteras de hasta tres carriles, una técnica con la que buscan reducir el impacto del tráfico sobre el medio ambiente y mejorar la seguridad vial.

Varias empresas chinas, alemanas y estadounidenses se han interesado en el proyecto de investigación, que ha contado con la colaboración de la Universidad Carlos III de Madrid.

El prototipo, que, según el equipo de desarrollo, está "listo"para su comercialización, toma datos a tiempo real de la densidad de la circulación, las emisiones y los consumos asociados a cada vehículo y de las condiciones meteorológicas

Tal y como han explicado los investigadores de la Universidad Carlos III que han participado en el proyecto, el funcionamiento del aparato es similar al de un radar que permite precisar el impacto del tráfico sobre el medio ambiente y mejorar la seguridad vial.

Según ha informado a EFE el responsable de comunicación de LIR-Infrared LAB, Víctor Gil González, otros sistemas similares precisan que el coche esté detenido para medir la emisión, mientras que éste tiene una utilidad "mucho mayor", ya que el vehículo puede estar en movimiento y ni el conductor ni los ocupantes se percatan de la medición.

Gracias al nuevo sistema, se podrán detectar los "grandes emisores"(los que más gases expulsan son los vehículos de transporte), lo que podría llevar a la prohibición de los vehículos que más contaminen, en función de datos obtenidos durante la circulación.

Otro de los objetivos que persigue la investigación, que ya ha atraído la atención de conocidas empresas de transporte pesado, es ayudar a reducir las emisiones de CO2, CO, NOx, HC y PM, además de aumentar la eficacia energética.

Los investigadores sugieren que con este sistema sería posible adoptar medidas para optimizar el consumo y las emisiones, como limitar la velocidad en vías de alta capacidad de entrada y salida de las grandes ciudades.

A lo largo de los tres años que ha durado, por ahora, la investigación, el equipo científico ha llevado a cabo cinco campañas de comprobación del funcionamiento del producto.

Las primeras campañas eran más "experimentales"que las últimas, según ha relatado Gil González, que ha destacado que la campaña más reciente tuvo lugar en una de las autovías que más tráfico reúne en Madrid: la A-6.

"Es un tema que ha levantado expectación", afirma Gil González, quien se enorgullece del interés que ha suscitado el proyecto en Alemania y en Estados Unidos.

Además, relata, unos empresarios de Hong Kong han contactado con la Universidad para conseguir información e implantar un modelo similar en China.

Sin embargo, el sistema de medida de la contaminación del tráfico por infrarrojos, que ha contado con la subvención del Ministerio de Economía entre 2010 y 2013, todavía no se ha puesto en funcionamiento, ha lamentado Gil, ya que, al encontrarse en una de las últimas fases de investigación, requiere de más financiación y la única salida, según los investigadores, es la inversión privada.

A pesar de que los investigadores consiguieron lo que buscaban (crear un prototipo), ahora hay que pasar a la fase industrial y de comercialización, para la que falta financiación.

En 2011, en torno a un cinco por ciento de los vehículos fue responsable de más de un 90 por ciento de los gases tóxicos que se emiten, según especifica un estudio de la Unión Europea.