Arquitectura

La ballena del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona se llamará "Brava"

El esqueleto de ballena que se exhibe en el Museo de Ciencias Naturales de Barcelona desde hace 150 años llevará el nombre de "Brava", que ha sido votado por 2.382 personas entre otras nueve propuestas, y en homenaje a la costa en la que fue encontrada.

El Museo barcelonés informa hoy en un comunicado de que en el concurso popular para poner nombre a la ballena, convocado a través de las redes sociales, han participado casi 6.000 de personas.

Los otros nombres propuestos eran Ceti, Deciana, Ictínia, Melvi, Misala, Molàs, Nabí, Xaloc y Whaba, que no han conseguido la cantidad de votos otorgado al de Brava.

El nombre ganador se ha dado a conocer hoy durante la celebración de una gran fiesta de aniversario de la ballena, que ha comenzado con los experimentos del científico Dani Jiménez y ha continuado con la construcción de una ballena con todos los participantes.

Con esta conmemoración, el Museo de Ciencias Naturales de Barcelona celebra que hace 150 años esta ballena de la especie rorcual común (Balaenoptera physalus) de casi 20 metros de largo y una tonelada de peso, encalló en 1862 en la población de Llançà (Girona) mientras se dirigía al mar de Ligúria para alimentarse, como acostumbran a hacer los individuos de esta especie.

La noticia apareció en los diarios de la época y atrajo la visita de personajes ilustres como Narcís Monturiol o Paul Garvais, un reputado zoólogo francés que quiso comprar el esqueleto de la ballena sin éxito porque el pueblo de Llançà y las autoridades optaron por que se quedara en un museo catalán.

Primero, la ballena viajó de Llançà hasta la Universidad de Barcelona y, posteriormente, se expuso en el Museo Martorell y tuvo dos ubicaciones diferentes en el Castell dels Tres Dragons, el edificio modernista obra de Domènech i Muntaner, donde se encontraba anteriormente el Museo y que ahora se convertirá en la sede científica del mismo.

Finalmente, el verano de 2011, el esqueleto llegó al Museo Blau, situado en el Fórum de Barcelona, donde dio un último susto a sus conservadores cuando se procedía a su instalación en su nueva ubicación y sufrió un accidente al caer al suelo, por lo que debió ser restaurado.

Para instalar el esqueleto se utilizaron 44 cables de acero y trabajaron de forma multidisciplinar arquitectos, estructuralistas, expertos en grandes montajes y especialistas en el ensamblaje de esqueletos de cetáceos.

El rorcual común es la segunda especie de cetáceo más grande después de la ballena azul y vive en todos los océanos y mares excepto en los más fríos, y puede llegar a medir 27 metros de largo aunque los ejemplares que viven en el Mediterráneo no superan los 22 metros.