Ciencias humanas

La carta a los Reyes Magos de las mascotas

La madre de Buba tuvo que ayudarle a abrir los regalos
La madre de Buba tuvo que ayudarle a abrir los regaloslarazon

A los Reyes Magos no sólo les llegan cartas de los niños, también es una buena ocasión que las mascotas y el resto de animales aprovechan para pedir regalos a sus majestades. De los más aventajados en esta materia están los habitantes del ZooAquarium de Madrid que, tras varios años, ya saben que es el momento perfecto para renovar su material y esperar que llegue algún que otro capricho. Y es que la carta varía dependiendo de la especie, eso sí muchos de estos regalos están relacionados con la comida. Mientras las jirafas piden un comedero nuevo, pero con cierta dificultad para que su larga lengua tenga que trabajar un poco para poder alimentarse, las nutrias también quieren renovar su comedero, pero para ellas sus cuidadores han pensado en una tubo cilíndrico con agujeros que tendrán que girar para conseguir el alimento. A su lista de regalos se suman el resto de animales; sin embargo, algunos disfrutaron ayer de las primeras sorpresas y es que los niños que han participado en diferentes talleres durante las vacaciones de Navidad en el ZooAquarium les entregaron varios paquetes a los gorilas y a los elefantes. «Los niños han puesto comida, sobre todo fruta y verdura, en cajas camufladas en diferentes puntos del recinto de los elefantes para que las buscaran», explica Mario Robledillo, responsable de elefantes y gorilas del ZooAquarium. El más pequeño de los paquidermos, Buba, apenas se acercaba a la caja más grande, aunque se atrevió con las pequeñas. Eso sí, su madre, Samy, le vigilaba de cerca. Fue ella la que consiguió abrir el regalo más voluminoso. «Ya se conoce la técnica –comenta el responsable–: pone un pie encima de la caja y va tirando del lazo con la trompa». Dentro encontró un balón muy grande «a prueba de elefantes», bromea Robledillo. Y es que a estos animales no les duran mucho los juguetes porque «lo rompen todo». Aunque no abrió su juguete, Buba, que nació el pasado marzo, es la que más se divertirá con el balón. «Es un trasto y está todo el día a vueltas con los juguetes».

Los otros afortunados fueron los gorilas, pero con sus cajas tuvieron que tener más cuidado por si se comían parte del material. Las cajas las forraron con papel de estraza y los lazos estaban pintados con pintura que se usa en restauración. A ellos les cayeron unas seis cajas, eso sí, algunas de ellas escondían trucos como el juego de las muñecas rusas –varias cajas superpuestas–. También recibieron una dieta diferente, «más navideña, en la que les incluimos verdura variada», aclara su cuidador. Aunque pueda sorprender, este tipo de actividades atraen a los gorilas, que se distraen con las cajas, mientras el macho adulto (el gran jefe) prefería disfrutar de su desayuno alejado de las disputas por los regalos. Y es que otra de las diversiones de esta familia es la ropa usada, además de utilizarla para protegerse, intentan ponerse los jersey aunque, «hasta ahora no lo han conseguido».

Además de los animales del Zoo, las mascotas también esperan que los Magos de Oriente se pasen por sus jaulas, casetas, cunas o peceras para dejar, sobre todo, algún juguete ruidoso, un collar nuevo y muchas chuches.