Ciencias humanas
La hormona del amor relaja a los macacos
La oxitocina es una hormona responsable de comportamientos parentales, sexuales y sociales relacionados con la confianza y la generosidad. Investigadores estadounidenses han estudiado cómo afecta a la vigilancia social de los macacos Rhesus. El trabajo sugiere que la molécula aumenta la atención hacia ojos y caras, pero relaja la vigilancia hacia otros individuos que representen una amenaza.
La oxitocina es una hormona más conocida por el nombre de 'molécula del amor', por su relación con el sexo y el apego entre padres e hijos en mamíferos. Se sabe también que promueve los comportamientos sociales e incluso se la relaciona con el orgasmo.
Neurobiólogos y antropólogos de la Universidad de Duke (Carolina del Norte) han estudiado cómo afecta esta hormona a la atención del macaco Rhesus (Macaca mulatta), según un estudio publicado hoy en la revista PNAS.
Las conclusiones mostraron que, en muchas circunstancias, la oxitocina reducía la atención social, al contrario de lo que muchas hipótesis señalaban hasta el momento.
Aunque se considera la oxitocina como una hormona prosocial, algunos estudios sugieren que tiene un papel más complejo en primates y seres humanos. Por ejemplo, aumenta la agresividad entre machos dominantes de mono ardilla, mientras que favorece la interacción entre subordinados.
En el caso del Homo sapiens, afianza la confianza hacia el prójimo, pero también potencia los juicios negativos. Además, hace que seamos etnocentristas, es decir, que prefiramos a los compañeros de nuestro mismo grupo frente a los extraños.
Una posible explicación para esta compleja actuación es que la oxitocina altera la atención social, sesgándola más que potenciándola. Para contrastar la hipótesis, los investigadores llevaron a cabo una serie de pruebas con machos de monos Rhesus.
Siempre vigilantes
Estos macacos deben ser capaces de reconocer y responder a cualquier amenaza, como la que representan otros machos dominantes, por lo que se muestran alerta ante estos estímulos. Como la vigilancia requiere tiempo y recursos, necesitan adaptarla al contexto social.
Los científicos suministraron oxitocina inhalada a los machos para comprobar su reacción. El efluvio de las hormonas hizo que los macacos redujeran su nivel de vigilancia. Al no distraerse ante la posible amenaza de otros machos dominantes, mejoraron su comportamiento social y su habilidad para realizar tareas que requerían prestar atención.
Según los científicos, los resultados coinciden con la idea de que la oxitocina alivia el estado de vigilancia hacia amenazas sociales. También sugieren que esta hormona ha tenido un papel importante en la evolución de comportamientos prosociales en el ser humano.
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