La rabia se cobra otra víctima

Uno de los siete perros que estuvieron en contacto con el Pitbull infectado de rabia que atacó a cuatro menores y un adulto el pasado 1 de junio será sacrificado «por precaución». Los bajos niveles de anticuerpos que reflejan los análisis han propiciado la decisión de poner fin a la vida del animal, que ha permanecido aislado junto al resto de canes en un centro de Numancia de la Sagra (Toledo).

Fuentes de la Consejería de Agricultura aseguran que este perro, al que mordió el animal que tenía la rabia y que agredió a los niños, sufre una enfermedad crónica que le provoca inmunodepresión. Dicha afección provoca que presente unas cifras de anticuerpos por debajo de lo normal.

Como medida preventiva, se le practicará la eutanasia, ya que se desconoce si inoculará o no el virus. Sus dueños ya han sido informados tanto de la decisión como de los criterios técnicos y científicos a seguir, según informó ayer Ep.

Los niveles de anticuerpos vacunales que reflejan los informes de los otros seis canes (0,18 ui) están «muy por encima del mínimo recomendado por la Organización Mundial de Sanidad Animal (0,5 ui)», lo que supone que si el animal causante de los mordiscos les hubiera inoculado el virus, sus sistemas inmunitarios lo hubieran neutralizado. Gracias a los anticuerpos, la rabia –que tarda una media de tres semanas en incubarse– no se habría desarrollado en los otros seis perros, que actualmente se encuentran en sus domicilios. Pese haber regresado a sus casas, deben continuar en régimen de aislamiento y siguiendo el protocolo oportuno.

«Control exhaustivo»

Después de 35 años, España vuelve a estar en alerta por rabia. Pese a ello, el Ministerio de Agricultura ha calificado el riesgo de infección como «muy bajo». Tan sólo en Ceuta y Melilla se dan ocasionalmente casos en animales importados de Marruecos u otros países del norte de África, pese a la implantación del programa de vacunación antirrábica obligatoria y gratuita.

El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, comunicó el pasado jueves que el Gobierno está realizando un trabajo de «control exhaustivo» de esta enfermedad en todo el territorio español, así como que la vigilancia es «completa».

Arias Cañete aseguró que se trata de un caso «excepcional» de introducción «clandestina» de un ejemplar proveniente de Marruecos. Asimismo, dijo que sus dueños habían incurrido en «toda clase de irresponsabilidades».

Se trata de un Piltbull que había llegado a Barcelona tras atravesar la frontera con Marruecos, país en el que la rabia es considerada una enfermedad endémica.

Cabe recordar que el animal fue abatido por agentes de la Policía Nacional. El dueño del perro, que fue detenido e imputado por un presunto delito de imprudencia grave con resultado de lesiones graves, había vacunado al animal, pero no con la suficiente antelación para que creara inmunidad.