Exploración científica
Lluvia, amante del campo
La pequeña Lluvia sólo lleva dos años en la vida de Esther, pero forma parte fundamental de su vida. Es una bóxer nerviosa, a la que le cuesta quedarse quieta y que no le importa jugar con cualquier perro, aunque no lo conozca, que se cruza en su camino. También es bastante sociable porque «no le importa acercarse a los desconocidos. No les ladra, sólo intenta ser su amiga», comenta su dueña. Poco a poco va aprendiendo a comportarse porque cada sábado va a clases de grupo en las que le enseñan a actuar, a controlar sus impulsos, a no ladrar a otros perros o a no tirar de la correa cuando sale a pasear. Le encanta salir al campo, aunque «es un poco friolera porque tiene el pelo muy corto y le tenemos que poner un abrigo». Las chuches, sobre todo los dentastick, son su debilidad y cada día se toma uno. Los Reyes Magos seguro que le traen algún regalo, aunque su dueña espera que no sean más juguetes sonoros, que «me ponen la cabeza como un bombo», bromea su dueña.
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