Mascotas
Los gatos prefieren a las mujeres
Los felinos se llevan mejor con el sexo femenino por su instinto maternal. Su voz también les resulta más placentera que la de los hombres
Los felinos se llevan mejor con el sexo femenino por su instinto maternal. Su voz también les resulta más placentera que la de los hombres
Ellas son sus favoritas. Un estudio científico, publicado en la revista especializada «Behavioural Processes», reflejó que los gatos tienen vínculos afectivos más fuertes con las mujeres que con los hombres. Dicha relación va mucho más allá que un mero vínculo forjado por la alimentación.
El estudio realizado en la Universidad de Viena sugería que el lazo emocional entre los gatos y sus dueños es mucho más fuerte de lo que se suele pensar. En el caso de los mujeres muchas veces el gato se convierte en el sustituto del hijo que no tienen, esta es la pincipal causa por la que, según el estudio, la relación entre los felinos y las mujeres es mucho más intensa que la que puedan tener los gatos con los hombres en general. Ese instinto maternal queda cubierto por estos animales.
Teresa Marías Luca de Tena, experta en Etología y licenciada en Veterinaria explica a LA RAZÓN que «los gatos tienen menos necesidades diarias que otras mascotas, pues se caracterizan por poder pasar tiempo solos. Sin embargo, no es cierto que no sean animales sociales, lo son igual que nosotros y sus necesidades afectivas son muy parecidas a las nuestras. Siempre estarán dispuestos a mimos y cariños que les puedan hacer sus dueñas o dueños».
Lo cierto es que, desgraciadamente para ellos, a menudo los felinos tienen fama de ariscos y esquivos. Según la etóloga Luca de Tena, esto se debe a varias razones: «Muchas veces los gatos vienen de familias asilvestradas y han aprendido a evitar a las personas, de manera que las rehuyen. Cuando ocurre esto principalmente es por miedo. Este comportamiento también puede deberse a que estos animales son muy terrotoriales. Si sospechan de la actitud de una persona, los gatos pueden ser agresivos con ésta y la intentarán “echar” de su territorio».
La investigación austriaca comprobó, además, que los gatos solamente tienen que emitir señales sutiles para que las mujeres respondan a su deseo de iniciar contacto o de recibir comida. Entre las hipótesis que se barajan para explicar la especial conexión entre las mujeres y los gatos, se encuentra la posibilidad de que la voz de las féminas es más placentera para los felinos. «Los gatos tienen una característica y es que tienen más miedo a las personas que otras mascotas, como por ejemplo los perros, básicamente por una cuestión de tamaño. Nuestros gestos sociales como los abrazos, que vienen del primate, muchas veces no son bien interpretados por los gatos y pueden resultar amenzantes. Por esto, si nuestros movimientos van acompañados de una voz más suave, como puede ser la voz femenina, siempre será menos amenazante que una voz más grave» afirma Teresa Marías.
Algunos científicos sostienen incluso que es posible que estas mascotas asemejen la voz de las mujeres a la de sus madres. La etóloga Luca de Tena asegura que «la mayor parte de animales domésticos desarrollan una relación con los humanos con los que conviven, en la que éstos últimos acúan como “padres adoptivos”. Se debe a que los dueños son los que marcan lo que pueden comer sus mascotas, dónde pueden estar o cómo deben comportarse. Por su parte, los animales aceptan esta relación maternal o paternal, asumiendo el rol de hijos».
Para el estudio, los científicos austriacos grabaron la interacción de 41 gatos y sus dueños durante largos periódos. Se tomó nota de cada comportamiento y por separado se fue evaluando la personalidad de cada dueño y de cada gato. Los investigadores llegaron a la conclusión que los gatos y sus dueños se influyeron entre sí, es decir, dependiendo del comportamiento de uno, el otro actuaba de una manera determinada. El colectivo que llevó a cabo la realación más complice y sincronizada fue el de mujeres jóvenes extrovertidas.
En cualquier caso, lo que queda claro tras este el estudio austriaco es que los gatos no son tan fríos e independientes como se suele creer, ya que todos los felinos del estudio tenían fuertes lazos emocionales con sus dueños, ya fuesen hombres o mujeres. Otro dato revelador conseguido por la misma investigación es que los gatos tienen una memoria asombrosa para recordar todo lo que hacemos con ellos. Lo que significa que estas macotas recordaran quién juega con ellos, quién les da de comer o quién les riñe. Por lo tanto, basándose en estos recuerdos los gatos actuarán de una forma específica con sus dueños.
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